sábado, 19 de noviembre de 2011

El vacío sideral.



Mañana el vacío, la nada sideral, y pasado mañana llega el maestro con la regla de medir a golpearnos en los nudillos por no haber sido lo suficientemente aplicados, es lo que tiene cambiar de maestro, que viene exigiendo, el anterior nos había cogido ya algo de cariño al menos, sabía que éramos un desastre y que alguna cosa buena teníamos también, pero el nuevo maestro no nos conoce y al principio vamos a estar retraídos, lo cual no va a facilitar las cosas, se va a pensar que no nos cae bien y se va a poner serio, exigente, algo totalitario quizás, y nosotros vamos a pensar lo mismo, que no le caemos bien, en fin, un lío, pero me pregunto, ¿quién necesita un maestro a estas alturas?, siempre tiene que caernos encima algún padre de la patria para salvarnos, no nos pueden dejar en paz, no son capaces ni de poner orden en sus vidas y vienen a tratar de poner orden en las de todos los demás menos en las suyas, las suyas como siempre, a su aire, a su interés.

¿Quién les ha dicho alguna vez que les queremos? ¿Las urnas?

Analicemos el 21 N los porcentajes y comprobaremos que nos van a gobernar por el capricho minoritario de un grupo de votantes que viven atados al pasado y que votan a la opción menos mala según ellos.

Y las dos Españas otra vez en guardia, como si todo eso fuera de utilidad para alguien excepto para ellos mismos, para los políticos.

Con amor,

el paseante

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