martes, 8 de noviembre de 2011

El vuelo de la mente y la vena portuguesa del blog.


Todo empieza más o menos siempre igual, con el vuelo en caída libre de la mente, surge una idea al azar y de esa idea van saliendo más ideas, cada una encadenada a la anterior en asociación libre y personal hecha por el paseante, así avanza el blog, en ocasiones lo planifico pero luego todo se desbarata en el día a día, en el relámpago de la imaginación, en la inmediatez de lo cotidiano, en la nostalgia o en el sentimiento, el blog es una parte de mí, una proyección de mí, es más yo mismo que yo, y así surgieron, igual que siempre, varias entradas encadenadas, las últimas, todo empezó cuando regresé de vacaciones y fuí a Leroy Merlin y a Ikea a comprar algunas cosillas, de ahí me vino a la cabeza el amor y las rupturas sentimentales porque tantas veces he paseado mis planes sentimentales por entre esos largos pasillos de esas grandes superficies tan hogareñas..., luego me vino a la mente Saramago y su gran superficie particular, La caverna, y después su imprescindible novela para conocer la verdadera naturaleza humana, El ensayo sobre la ceguera, de ahí pasé a Pessoa y sus ensoñaciones de gran paseante solitario que fue, y por fin llegamos al corto viaje sentimental a Oporto inspirado por el viaje de mi compañera de trabajo, para terminar con la semblanza de mi buena amiga Angélica que es medio portuguesa, así es el blog, como un chorro incontenible, una catarata, un estallido, una explosión de ideas encadenadas como el vuelo en caída libre de la mente.

El paseante
Noviembre 2011

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