martes, 22 de noviembre de 2011

La película de la semana: La noche americana.


Cine dentro del cine, Truffaut, sobrevive a la nouvelle vague, y hace este película que toma el nombre de un truco cinematográfico, "night of day", que utilizan en USA para filmar de día con un filtro y así parece que es de noche, por el contrario en Europa se rueda de noche.

Esto se explica en un momento de la película, que va sobre eso, sobre el rodaje de una película, es cine dentro del cine, puro estructuralismo, la forma sale a la superficie y se convierte en fondo, el lenguaje es el mensaje, lo profundo está realmente en la superficie, ése es el mensaje.

Hay una decosntrucción contínua de la realidad, la ficticia de la película que se rueda y la verdadera pero también ficticia a su vez de la película sobre el rodaje, interesante discurso que habla sobre la verdadera naturaleza humana, sus contradicciones y su inseguridad.

Jacqueline Bisset y Jean Pierre Leaud son la pareja protagonista, el propio Truffaut hace de director en la ficción, y además van desfilando por ella una serie de actores clásicos en papeles secundarios, arquetipos del star sistem.

Se trata de una coproducción con Hollywood, la película más internacional de Truffaut, y para mí la más interesante, aunque todas lo son, pero elegir una en especial es cuestión de gustos.

La ligereza, el ritmo, la música, la resolución de las escenas, los planos, los diálogos tan espontáneos, la verdadera historia de un rodaje, todo hace que sea como vivir desde dentro la película sin que sea un reportaje sino siendo precisamente eso, una película.

Inenarrable Truffaut de actor, le gustaba aparecer en sus películas como a Hitchcock, del que era gran admirador, en esta se pasa toda la película delante de la cámara, hace de director por partida doble, actúa como director y dirige la verdadera película, inenarrable digo con su sordera, era sordo en realidad, y su dirección de actores, que incluye terapia psicológica en la mayor parte de los casos, incluso uno de ellos, ya mayor, muere a mitad del rodaje, todo un episodio.

Y además están los caprichos del productor, los recortes de presupuesto, el precipitado e improvisado final, real todo como la vida misma, y una banda sonora deliciosa cuyos compases me parece estar oyendo pese a haber pasado tanto tiempo...

No recuerdo bien la de veces que la he visto, hace ya muchos años, cuando había cinestudios...

el paseante

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