viernes, 17 de febrero de 2012

Hola, soy yo, ya es carnaval...


La carne, sí, la carne, el regreso de la carne, el regreso de Don Carnal y Doña Cuaresma, cada año, no fallan, son visita obligada, y este año en plena crisis...
Crisis de carnaval...
Siempre la carne, un año más, como cada año, la carne regresa...
Carne de carnaval...
¿Y el blog?
¿Va a haber actividades de carnaval en el blog?
¿Cabalgata? ¿Disfraces? ¿Pregón? ¿Entierro de la sardina?
¿Queréis que el pregón lo haga la señora de la limpieza?
¿Preferís tal vez al camarero de la churrería?
¿Me preferís a mí?
¿O tal vez mejor que lo haga Orfeo?
Porque la pobre Eurídice tiene difícil poder hacerlo.
Salvo que lo haga desde el reino de Hades.
Se me ha ocurrido una idea, a ver qué os parece...
¿Por qué no hace el pregón Hades?
Genial, como todas mis ideas.
Pero no me habéis dicho nada de mi disfraz.
No sabía si ponérmelo, me veía algo ridículo, como fuera de lugar, pero luego pensé que se trata precisamente de eso, de resultar ridículo y de estar fuera de lugar.
Muy paseante, porque el blog es en ocasiones como una gran cabalgata de carnaval en la que todo tiene cabida, la vida, la muerte, la alegría, la tristeza, la reflexión, el disparate, las erecciones, todo y más...
El carnaval es la ruptura deliberada de todas las normas, la pantomima, el disfraz, por una vez en el año aparentamos ser lo que de verdad somos, porque el resto de año vamos disfrazados de nosotros mismos, sin dudarlo.
Somos como no queremos ver que somos y con el carnaval, medio en broma, salimos por fin a la calle vestidos de nosostros mismos.
¿Os gustaría cambiar de sexo por carnaval?
¡Qué divertido poder sentir lo que siente el sexo contrario!
Bueno, paseante, no hay sólo dos sexos, eso del sexo contrario te sonó antiguo, tanto Freud para esto...
Este carnaval voy a disfrazarme de Sigmund Freud, voy a recortar la barba de Papa Noel que tengo de esta navidad, me pondré esas gafas que parecen anteojos, y le pediré la pipa a mi padre.
Soy un genio.
O mejor me disfrazo de Einstein, o mejor de Harpo Marx, y así no tengo que hablar, me llevo una bocina y ya está.
Sí, mejor de Harpo, es más descansado, lo de Freud y lo de Einstein requiere "demostrarlo", muy cansado.
Para Harpo necesito una peluca, le voy a pedir a mi tía una que tenía cuando yo era pequeño, ¿la habrá tirado ya?, ¿estará apolillada?
Y el traje lo compro en los chinos que tienen de todo.
¡Qué diver!
¡Es guay!
¿Verdad?
Superguay.
Estoy emocionado.
Bueno, y si no siempre puedo disfrazarme de María Antonieta, soy un experto, pero me imagino lo que iba a decir la señora de la limpieza, muy fuerte...
¿Queréis que empecemos el carnaval en el blog?
En pleno período psicoanalítico del blog y encima de carnaval, qué pasada...
Bueno, pues un beso, un beso de tornillo, pero de mentira que es carnaval, ¿vale?, un beso de tornillo falso, que no significa amor, sólo deseo...

Os deseo,

el paseante

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