lunes, 20 de febrero de 2012

José Ramón Carballo López. Semblanza.



Es mi mejor amigo y mi mejor enemigo a la vez, nadie como él me conoce, sabe todo de mí, mis fortalezas, mis debilidades, conoce mis triunfos y mis fracasos, mi biografía, mi luz, mi oscuridad, mi pasado, mi presente, mi futuro. Él es, por qué no decirlo, yo.
Pero en ocasiones me resulta como si fuera alguien extraño, que no conozco, me sorprende cada día de una manera diferente dejando de ser él, el que yo conozco, y siendo alguien diferente, y entonces no sé bien qué hacer, la relación de amistad que mantenemos se tambalea y peligra, en ocasiones llegamos a enfadarnos por discrepancias, dejamos de hablarnos, nos ponemos de mal humor, nos hacemos reproches, acabamos deprimidos, aburridos el uno del otro, y se genera una distancia, una incomprensión, una falta de comunicación que acaba por convertirse en un extrañamiento y una intolerancia.
Pero pese a todo le quiero, no puedo dejar de quererle, son ya muchos años juntos, día tras día, desde que nos conocemos no hemos dejado de estar juntos, lo nuestro fue amor a primera vista y para siempre, y aunque discutamos y estemos regañados seguimos juntos, conviviendo en la misma casa, durmiendo en la misma cama, y hasta enfadados nos abrazamos en sueños y nos perdonamos cada noche aunque al desayuno no nos hablemos de nuevo.
Y así va pasando la vida, se ve que Dios me lo puso en mi camino para así ganarme el cielo, seguro, pero a veces él es el cielo en la tierra, el único cielo que yo concibo, y a veces es el infierno, pero un infierno al que siempre sigue la dulzura del amor.
Cuando me reconcilio con él viene siempre lo mejor, no hay nada como las reconciliaciones, son fantásticas, es como si todo volviera a brillar, como si la luz del sol volviera a iluminar el mundo como lo haría el primer día de la creación y todas las cosas volvieran a tener sus mejores colores.
He de reconocer que si he conocido la felicidad ha sido gracias a él, y es que no hay nada como el amor, un amor duradero que día a día va creciendo pese a todo y haciéndome mejor.
No concibo ya la vida sin él, le quiero tanto que no podría vivir sin él, no puedo imaginar estar sin él, simplemente me moriría, me acabaría, me volvería nada.
Gracias a él vuelo por el cielo cada día y me hago grande como las estrellas y bello como el sol.
Bueno, decirte, sólo y una vez más, que te quiero, y gracias por compartir la vida contigo, es un honor jr,

Un beso,

el paseante

1 comentario:

  1. Ya me agregué, con foto y todo. Gracias por las instrucciones. Nos vemos en el blog!!! Beso, Bea

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