viernes, 3 de febrero de 2012

Mortal y rosa (2).


«esta corporeidad mortal y rosa, donde el amor inventa su infinito»

(Pedro Salinas - Nos queda la palabra).

[...] Pero el niño está ahí, dorado de sí mismo, vivo, mirando desde los rincones por todos los gatos de la muerte, haciendo hablar a las cosas, gozoso de la locuacidad de los objetos y las esquinas, asomado al culo de la vida, viendo el revés de todo, encontrándole al mundo púas musicales, resortes de payaso. El niño, su vida breve, el oro de su pelo, sin tiempo por detrás ni por delante, amenazado, fugaz e inverosímil como una manzana en el mar, reciente todavía de aquel parto a última hora de la tarde, cuando me miré a mí mismo en su llanto boca abajo.

Mortal y rosa - Francisco Umbral

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