martes, 20 de marzo de 2012

La película de la semana. Tempestad sobre Washington. Otto Preminger.


Le gustaba mirarse en el espejo del baño como a mí, pero él era político, yo no afortunadamente, no creo que nunca hubiera podido llegar a ser algo así, prefiero siempre la verdad a la mentira.
El pobre chico iba a ser senador de los Estados Unidos, un puro formalismo, fallece un senador demócrata y el siguiente en las listas es un joven de prometedora carrera política, gran alegría de sus padres, de su mujer, hasta de su niño, todo va de maravilla, ¿y entonces?, como en la vida en el cine las cosas también se complican, el caso es que la sustitución se va a producir en vísperas de una importante votación con ajustada mayoría, y el nombramiento antes de la votación perjudica los intereses del partido republicano, en fin, que intentan demorar los republicanos el nombramiento como pueden, antes de nombrar a este pobre chico senador hay un trámite, se constituye una comisión de investigación sobre su vida, pura rutina, pero la rutina se va complicando interesadamente por parte de los republicanos, de por medio está Charles Laughton, el abogado cinematográfico por antonomasia, diabólico, cínico y burlón, como investigador de la comisión, y de defensor del pobre chico un actor con aspecto de santo, Henry Fonda.
Al final Laughton se dedica a alargar y alargar las investigaciones de la comisión, entretanto dentro de las mismas filas demócratas hay presiones para que no nombren al pobre chico senador y pase al siguiente de las listas, Laughton sigue buscando implacable, y buscando y buscando al final aparece algo nunca pensado, el pobre chico tuvo una relación homosexual con un compañero de Universidad, estupendo, le hacen renunciar y todos contentos.
¿Le hacen renunciar de verdad?
Le hacen renunciar de verdad.
Increíble.
Le amenazan con hacerlo público y que se enteren su mujer y su hijo.
Alucinante, puro chantaje.
Y del más bajo.
¡Qué tiempos!
No tan diferentes a los actuales, te lo aseguro...
Es, pese al tema, o precisamente por el tema, que se va viendo venir, una película perfecta, y es que ya lo dice siempre mi padre, cuando los americanos hacen una buena película es perfecta porque allí el cine es una industria.
Recomiendo verla, para así saber mejor cómo son los políticos y qué significa la doble moral.
Abrazos cariñosos,

el paseante

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