lunes, 31 de marzo de 2014

La película de la semana. El gran hotel Budapest. Wes Anderson. 2014.


Cirugía emocional

  • Wes Anderson receta en 'El gran hotel Budapest' una inmersión tan divertida como intensa en las profundidades de la melancolía



Hubo un tiempo en el que los periódicos publicaban poemas y textos de filosofía. Así de exótico. Ni una palabra, por ejemplo, de Neymar. Por entonces, no había fronteras ni pasaportes ni pelotazos de goma a los inmigrantes en el agua. Era lo que el escritor Stefan Zweig llamaba "la edad de oro de la seguridad". "Todo tenía su norma, su medida y su peso determinado", escribe el autor austriaco en su autobiografía. No era una utopía, cuidado. Las diferencias sociales era tan fijas y estables como todo lo demás. Pero, en su indefinición, y a la espera de la inminente y mayor barbarie que viviría la humanidad, todavía había cuanto menos esperanza. Todo eso, incluida la esperanza de algo mejor, ha pasado. Pues bien, en este extraño lugar llamado Europa antes de las guerras hace pie 'El gran hotel Budapest', el último y más brillante trabajo de Wes Anderson.
De nuevo, el director de 'Viaje a Darjeeling' compone un fresco melancólico sobre un tiempo necesariamente extraño, a la vez triste y profundamente divertido; agónico y vital; perfectamente ordenado y a la vez convulso; cercano y muy lejano. El vívido recuerdo del mayor de los olvidos. Y así. Si se quiere, puro exotismo.
Dice el director que la primera fuente de inspiración de su película fueron en efecto los escritos de Stefan Zweig; que fue el autor de 'Carta de una desconocida' el que le condujo a la que considera su película más europea. Si se le presiona, este tejano de aspecto provocadoramente extraño y modales suaves acaba por confesar su pecado: que antes que nada su cine es europeo, no americano. Para alguien nacido en Houston debe de doler decir algo así. Le creemos.
'El gran hotel Budapest' cuenta la historia de un conserje de un hotel decimonónico obligado a huir. Víctima de una falsa acusación de asesinato, él (Ralph Fiennes) y su inseparable 'lobby boy' Zero recorrerán la geografía desolada de una Europa Central decididamente austrohúngara (con un ligero deje prusiano, eso sí); una Europa enferma de su propia opulencia que se prepara para la peor de las pesadillas.
En realidad, la película discurre en dos tiempos. En los años 60, un hombre (Murray Abraham) rememora su pasado ante la atenta mirada de un escritor (Jude Law). Lo hacen en el hall de un hotel desvencijado y feo que antes vivió su momento de gloria. La historia que se escucha, en efecto, es la del párrafo anterior, la de Zweig.

Limpia y trepidante

Como en el caso del autor de 'El mundo de ayer', la idea es eliminar todo adjetivo superfluo, toda descripción innecesaria, cualquier diálogo demasiado evidente, para llegar al punto límite en el que la narración (limpia y trepidante) se convierte en una especie de cristal limpio y transparente desde el que observar (atentos) el alma humana. ¿Cómo se quedan? Pero, y esto es importante, sin dramatismo, sin asomo de melodrama.
El dibujo de Anderson es como un cómic de Tintín: una línea clara que persigue el detalle con obstinación. Se trata de enseñar la aventura existencial de sus personajes desde la meticulosa descripción de lo que les rodea y les hace ser lo que son. La idea no es otra que pintar desde fuera lo que hay dentro. Y en este juego de paisajes que emocionan, de geometrías apasionadas, tan importante es lo que se ve como lo que se esconde. Gran cine; cine perfecto.
No niega Anderson su admiración por cineastas como Ernst Lubitsch; por esa forma de hacer elusiva donde la sombras están ahí para dar más brillo a la luz. Si se quiere, un Lubitsch desencajado y vuelto a montar, pero Lubitsch al fin y al cabo. Y de esta forma, del orden exhaustivo de cada uno de los planos, de la expresividad controlada libre de adjetivos, de la intensidad puesta a airear al sol, surge una forma de hacer cine sencillamente única, contradictoria e irresistible.
La Europa que sueña Anderson no es un lugar en la Tierra, es sobre todo un concepto; una idea que tiene que ver con un tiempo inestable en el que vivir era otra cosa: si se quiere, un ejercicio que se practicaba lentamente, con gusto. Y claro, llegados a este punto uno no puede por menos que pensar que Anderson está haciendo el viaje de vuelta que iniciaron cineastas como el citado Lubitsch, Billy Wilder, Hitchcock o Max Ophüls. De América a Europa esta vez. Exótico. Profundo. Irresistible.


domingo, 30 de marzo de 2014

Decíamos ayer. Agosto 2012 (5). Paisaje de Menorca y otras historias.

miércoles, 22 de agosto de 2012

El amor a primera vista según la sombra.

Amor a primera vista. Pues qué quieres que te diga, Jota. Yo creo que el amor a primera vista aplicado a personas no debería llamarse amor, se parece más bien a la fascinación, pero, claro, no queda tan bien, y como el hombre necesita cierta dosis de dramatismo para sentirse especial, tiende a confundir los conceptos. Una tontería. Sólo amas cuando conoces, y sólo puedes conocer a simple vista las cosas que se muestran por completo en la imagen que proyectan, es decir, puedes amar a primera vista un paisaje, una flor, un atardecer, porque lo que ves es lo que hay. No hay nada más detrás. Pero una persona, ay amigo, la persona es tan compleja que como mucho puedes enamorarte a primera vista de su cuerpo, de su rostro, de algún gesto, pero nada más. Y eso yo lo considero más atracción que amor, fíjate.
Las cosas que provocan amor a primera vista son deslumbrantes, instantáneas. Como si, de repente, alguien le hubiera dado al interruptor interno que enciende la admiración. Pero es una luz tan potente que dura poco, porque uno no puede vivir en un estado de fascinación durante mucho tiempo. Por eso solemos enamorarnos a primera vista de instantes concretos y fugaces, y por el mismo motivo el amor a primera vista que crees sentir por alguien no suele prosperar. Y es que las personas necesitan ser conocidas en profundidad para provocar un amor duradero. Un amor que tiene que ir naciendo no súbitamente, como un brillante foco, sino poco a poco, igual que el sol. En cualquier caso, sí que diré que me enamoré a primera vista de algo hecho por un hombre. Me enamoré del blog que empezaste hace un año tal día como hoy, Jota. Y todavía sigue enamorándome. Felicidades.
La sombra del paseante

El blog cumple hoy un año de vida.

El 22 de agosto de 2011 nació el blog, y hoy, 22 de agosto de 2012, cumple su primer año de vida.
Muchas felicidades querido blog!!!!!!!!!!!
Eres ya todo un hombrecito, bueno, o una mujercita, según se mire.
Que sigas disfrutando de la vida y contándoselo a los demás, descubriendo cada día algo nuevo, con ilusión y entusiasmo, juguetón y cariñoso, tierno y apasionado, y que seas siempre un niño.
Muchas felicidades, te quiero!!!!!!!!!

Ya hemos superado las 30.000 visitas en este primer año de vida, y desde más de 30 países diferentes del mundo, muchas gracias a USA, Alemania, Rusia y Méjico, donde más seguidores hay, y a España, por supuesto, el top one en seguidores.

1.300 entradas sobre los más variados temas avalan la madurez de un blog que aunque joven sabe por dónde va y a dónde quiere llegar.

Muchas gracias a todos!!!!!!!!

vuestro paseante

Gente que viaja en el metro. Poema.


Gente que viaja en el metro
No saben nada de mis problemas
Indiferentes viajan a mi lado
Absortos en sus asuntos
Leyendo un libro
Jugando con el móvil
Mirando al infinito
No tienen ni idea de lo que me sucede
No imaginan mi sufrimiento
Mi desconsuelo
Mi desolación
Mi soledad
El vagón sigue avanzando a través de la oscuridad de túnel
Y yo veo mi reflejo en la ventanilla
Sólo yo me miro a mí mismo a través de mi reflejo
Sólo yo soy consciente de mí
Estación tras estación
Mi corazón se va encogiendo como un pajarillo
Que gime dolor
José Ramón Carballo
21 de agosto de 2012

martes, 21 de agosto de 2012

Paisaje de Menorca (2).

Paisaje de Menorca. José Ramón Carballo. Óleo sobre lienzo.

El cuadro de la semana. Autorretrato. Norman Rockwell.

Quiero hoy rendir homenaje al dibujo, y más en concreto a la ilustración, hubo una época en la que la prensa era ilustrada más que fotográfica, las revistas en sus comienzos, y los periódicos desde siempre, tenían ilustradores, a finales del S.XIX y durante toda la primera mitad del S.XX, se desarrolló el arte del dibujo, a remolque de las publicaciones impresas, Rockwell es el gran ilustrador norteamericano por excelencia, en la revista Life desarrolló principalmente su carrera, la revista Life fue durante mucho tiempo, hasta bien entrado el S.XX, la que marcaba tendencia en el buen gusto y la modernidad, porque la modernidad como concepto siempre ha provenido de U.S.A.
En España tuvimos nuestro Rockwell particular, Rafael de Penagos en el diario ABC, al cual rendiré homenaje en otra ocasión.
 El dibujo es la base de la pintura, si bien el dibujante trabaja con formas, el pintor trabaja con colores, pero su base siempre es la delineación de las masas de colores a través del dibujo siquiera sea éste mental, con el nuevo arte que tiende progresivamente cada vez más a la abstracción, el dibujo como tal se fue perdiendo hasta desaparecer casi y volver tímidamente con el hiperrealismo.
Rockwell en esa ilustración nos plantea un tema básico y recurrente en pintura, el autorretrato, se autorretrata autorretratándose, como en un juego infinito de imágenes que no acaben nunca, y parece que se inspira en los grandes autorretratos que tiene sujetos en la parte superior del lienzo, Durero, Delacroix, Van Gogh...
Rockwell, un grande del dibujo, la ilustración, gran creativo que contribuyó de manera fundamental a crear la imagen del mundo moderno.

el paseante

La felicidad es el anhelo por la repetición.

"La felicidad es el anhelo por la repetición".
Milan Kundera

Es de esas frases que parecen decirlo todo y a la vez no decir nada, frases misteriosas, cerradas en sí mismas como cofres, crípticas.
Son como el desierto, bellísimas en su contemplación pero inabarcables en su concepto.
Frases desierto y frases oasis a la vez, en las que refugiarnos de la rutina, la monotonía, el desamor.
Frases para pobres infelices como yo que sueñan cada día con un mundo mejor.
Ingenuas, genuinas, aberrantes, polimórficas, estrepitosas frases que nos ayudan a despertar no sabemos bien a qué.

el paseante

Reconciliación. Poema.





Reconciliación
Oasis de paz inmenso
Oh verde pradera de luz
Espíritu puro
Mirada fiel
Norte de cualquier día
Alto frenesí de dicha azul
Dime si crees en mí
Y escucha mi alegría reflejarse en ti
Y piensa, piensa si una vez más
La noche vendrá para sorprendernos
Juntos bajo esa luna
De temblorosa luz
José Ramón Carballo
Del libro de poemas "Nieve de abril" 

Remedios para el desamor por Enrique Rojas.





REMEDIOS PARA EL DESAMOR. (prof. Enrique Rojas )
El amor conyugal está en crisis porque los resortes del hombre
contemporáneo se han vuelto frágiles. Se vive sin asideros, sin soportes sólidos, en una
existencia que tiende al vacío, o a la superficialidad o al ritmo vertiginoso de vida, pero
sin rumbo. Muchas vidas carecen de sentido: en ella ondea la bandera del absurdo y del
nihilismo. Desde ellas se hace dificil y costoso entender que el amor - darlo y recibirlo -
se aprende y que necesitas, además de esfuerzos, renuncias y sacrificios.
No hay auténtico progreso humano que no tenga un fondo moral. El
vacío de ideales constituye la más amarga de las carencias. Deja al hombre flotando en
un nihilismo, en las proximidades del tedio, la apatía, la dejadez, el abandono, la deriva;
hombre deshabitado que tira por la borda su proyecto vital.
Es mucho más dificil mantener un amor que conquistarlo. Conseguir un
amor duradero hoy implica ante todo conocer la metodología del amor para que éste se
vuelva amable y penetre paulatinamente en el interior de uno, saber que el amor no se
agota en el sentimiento, sino que se completa y se engrandece por la voluntad, la
inteligencia y el compromiso.
Primer remedio: borrón y cuenta nueva.
Para empezar a arreglar una situación conyugal difícil es necesario
esforzarse por asumir y digerir el pasado.
La incapacidad para superar un pasado difícil y / o traumático es la llave
que abre la puerta de la neurosis. Concluyendo en un cuadro semiobsesivo de difícil
arreglo.
Un sujeto psicológicamente sano debe tener resortes suficientes para
digerir el pasado, aceptarlo y mirar hacia el futuro. Una personalidad frágil, endeble,
inconsistente, incapaz de sobreponerse a los avatares previstos e imprevistos que habrá
de atravesar una vida, suele terminar mal e interpretar la vida desde un ángulo
imposible.
La facultad de mirar a lo lejos le hace al hombre escoger posiciones
moderadas y conciliadoras, que a la larga, le engrandecen.
Se suele utilizar la "técnica de la neutralización discursiva", por la que se
enumeran los puntos biográficos conflictivos a superar, y se refuerzan con mensajes
positivos "convertirme en una persona rencorosa es mal camino", "todos los
amargados viven recuerdos dolorosos", "veo claro que se inicia una nueva etapa: libro
en blanco, ahora empiezo a pesar de todo...".
Segundo remedio: Esforzarse por no sacar la lista de agravios.
La lista de agravios es ese inventario de pequeños y grandes errores,
fallos, defectos, y fracasos que se acumulan tras la convivencia. Suele dificultar
seriamente el diálogo.
Las razones que se podrían dar para evitar la lista de agravios son:
1) No es constructivo.
2) Hace vivir el pasado en el presente de modo recurrente, lo que
impide mirar hacia delante.
3) Es neurotizante: vuelve a las personas complicadas, heridas,
acomplejadas, tensas, etc.
4) Puede hacer que alguien quede seriamente impedido para establecer
una futura convivencia.
Tercer remedio: El respeto mutuo en tres direcciones.
El respeto quiebra por tres flancos distintos pero complementarios:
palabra, obra y gestos. Los tres tienen una raíz común: la consideración en el trato debe
basarse en el aprecio y la dignidad de la persona.
-El respeto de palabra tiene una gran fuerza: aprender a controlarse, ser
dueño de uno mismo y no perder la calma.
En las crisis conyugales graves o en aquellas otras crónicas con gran
deterioro de la convivencia, las palabras duras, fuertes, hirientes, venenosas, cargadas de
acusaciones y descalificantes van a dejar una honda huella en quien las recibe.
-El respeto de obra, el maltrato o sevicias: trato cruel, con ensañamiento,
salvaje, indigno de un ser humano.
La conducta cruel descalifica al que la practica lo deja al descubierto.
-El respeto de los gestos. Gestos de desprecio, caras largas, aspavientos
sistemáticos de desaprobación, maneras desafiantes, modales estereotipados negativos,
posturas de hastío, etc, ahogan cualquier posible reconciliación. El daño que ocasiona
suele ser mayor que las palabras más fuertes y descalificantes.
Cuarto remedio: para estar con alguien hay que estar primero con uno
mismo.
Hay vidas cuyo eje, cuya constante de desarrollo ha sido la inestabilidad
afectiva, lo que denota inmadurez. De ahí que la terapia a aplicar sea el replanteamiento
de las principales características de la propia personalidad y el deseo operativo de
cambiar. Ya que aquella persona que no sabe lo que quiere, que no tiene las ideas claras
sobre los temas capitales de la vida, inestable, con criterios cambiantes, que se apunta a
lo último que conoce, o que oye o que le llega como novedad; persona con gran
facilidad para perder el control, poco realista con sus posibilidades (quiere demasiadas
cosas a la vez, estar en muchas empresas humanas al mismo tiempo) y siempre
insatisfecha.
Este sería su perfil psicológico. La síntesis de este sujeto, llevado a un
punto extremo, sería: "No me aguanto a mí mismo, me desprecio como persona, no me
soporto...."
Quinto remedio: la vida conyugal tiene que ser argumental.
El aburrimiento es uno de los grandes enemigos de las parejas
modernas.
La vida humana tiene que ser argumental: ha de tener unos objetivos, un
programa, unos proyectos, ilusiones y motivos para andar juntos.
Sexto remedio: evitar discusiones innecesarias.
De las fuertes discusiones no surge la verdad ni la aproximación de la
pareja, por lo cual es importante saber callar en ciertos momentos difíciles.
Hay que distinguir: diálogo, diferencia de criterios y discusión.
Dialogar es conversar, hablar de uno y mil temas, intercambiar
experiencias y opiniones.
Diferencia de criterio se da cuando nuestras propias ideas se matizan, se
refuerzan o debilitan según los argumentos recíprocos.
Discusión supone un fondo de desacuerdo, que se intenta vencer por la
fuerza o por la habilidad de la descalificación.
Séptimo remedio: tener una vida sexual sana, positiva y centrada en la
comunicación.
Por sexualidad sana debemos entender aquella que se desarrolla lejos de
conductas patológicas como el sadismo, la satiriasis, el onanismo, o el masoquismo;
aquella que se mueve en las coordenadas de la comunicación afectivo - sexual, con la
variabilidad y plasticidad de todo comportamiento, pero siempre dentro del marco de la
dignidad humana. Lo contrario degrada, no conduce a constituir una comunidad de
amor por mucho que se utilice esa palabra y convierte a la pareja en depravada.
Por ello es preciso alcanzar una educación sexual que sea a la vez
educación de los sentimientos y de todo lo que se mueve a su alrededor, y así conducir
su desarrollo dentro de los parámetros de la dignidad humana. Actualmente el tema
cobra unos matices muy complejos por la vía de la permisividad que está haciendo
estragos en el mundo moderno. Se ha distorsionado tanto la libertad que en su nombre
el ser humano se ve arrastrado a situaciones insólitamente degradantes. Desde ahí tiene
un largo trecho hasta recobrar su calidad y grandeza como hombre.
El tema de la sexualidad es interminable, siendo preciso insistir en que se
viva con espontaneidad, naturalmente, dentro de una atmósfera de comunicación.
Octavo remedio: hacer repetidos esfuerzos de voluntad por mejorar y
pulir las dificultades de la convivencia.
Hay que llevar a cabo una "educación de la voluntad".
La voluntad es energía, decidida disposición, empeño, tesón, firmeza,
tenacidad, insistencia que no se doblega ante las dificultades, que es capaz de crecerse
ante los obstáculos. Facultad que conduce hacia lo mejor, aunque en principio
signifique una renuncia costosa.
El que lucha está siempre alegre, porque nunca da batallas por perdidas.
Quien no tiene voluntad, o quien la tiene frágil y quebradiza, de algún
modo nos recuerda a la imagen del "niño mimado", que al no tener educada la voluntad
se convierte en una marioneta de las circunstancias, traído y llevado por un sinfín de
estímulos que le llevan de acá para allá. El resultado nos muestra una persona
caprichosa, inconstante, voluble, frívola, mudable, irresponsable, con poco contenido,
que solo hace lo que le apetece, mal criada, echada a perder. Con éstas alforjas no
llegará muy lejos, ni en el amor ni en ninguna otra empresa grande y seria.
Noveno remedio: echarle a la vida sentido del humor.
Hay parejas que se pasan la vida dramatizando, que han aprendido a
agrandar los sucesos y a sacarlos de su perspectiva real. Viven la vida de forma trágica,
y la convivencia llega a hacerse insoportable, pués siempre todo está destilando
infortunio, desastre.
Hay que girar en sentido contrario. Cultivar el sentido del humor no es
otra cosa que ver el lado divertido de la vida; hay que ejercitar la risa, la ironía, y la
gracia para poder tomarse las cosas con filosofía y desdramatizar las pequeñas y
grandes incidencias de la vida. Estas estrategias combaten eficazmente el desaliento.
Cuando se tiene sentido del humor se domina la vida y se pueden superar
las adversidades. Su carencia, vuelve a las personas suspicaces, hipersensibles, etc.
Décimo remedio: aprender a remontar momentos, días o situaciones
difíciles.
También aquí rigen las leyes del aprendizaje: se necesita tiempo para
adquirir ciertas destrezas; todo entrenamiento sigue un camino de ida y vuelta, de
avances y retrocesos. Es la ley del efecto de Thorndike: toda respuesta se fortalece si
aplicamos estímulos "satisfactores" y se debilita por estímulos "perturbadores".
Para que la comunicación sea efectiva se requiere que sus componentes
verbales y no verbales sean congruentes, que el mensaje emitido sea claro, nítido, sin
ambigüedades y que los contenidos no verbales apoyen a los verbales. Se pueden y
deben decir cosas fuertes pero cuidando los modales.
Undécimo remedio: saber escuchar, aprender a dialogar y adquirir
habilidades en la comunicación.
Toda comunicación está basada en un juego subterráneo de
transacciones; es un intercambio de comportamientos verbales y no verbales, de
sentimientos y reacciones vivenciales.
Para mejorar la comunicación, el terapeuta puede diseñar una "guía de
discusión" según el siguiente esquema:
1) Cada comunicante es a la vez emisor y receptor de mensajes.
2) Hay que conseguir que el mensaje sea claro, concreto y reconocible.
3) Hay que partir de un principio: querer buscar una solución.
4) Aprender a eludir las áreas sensibles.
5) Aprender a centrarse en el tema.
Duodécimo remedio: saber utilizar la mano izquierda.
Se refiere a la diplomacia, habilidad en el trato, artesanía de las
relaciones humanas, cortesía, tacto, saber callar a tiempo y conocer cuándo se debe
hablar.
A veces evitar ir de frente y escoger un camino colateral puede ser muy
beneficioso para que la convivencia fluya mejor.
Decimotercer remedio: los días rosas.
Se trata de que uno de los cónyuges un día cada dos semanas o al mes
procure hacer todo lo posible por agradar a la otra persona; esforzándose al máximo. Es
pues un mecanismo de refuerzo de conducta, empezando por lo que es más fácil, y
siempre una vez superados los serios problemas entre ambos.
Los días rosas se contraponen a esa tendencia a centrarse en lo negativo,
en vertientes destructivas, sobre todo cuando existe cierta inundación de conflictos que
se disparan ante el más pequeño estímulo.
Decimocuarto remedio: saber que la vida tiene activo y pasivo.
Cualquier evolución biográfica sola y / o compartida tiene notas positivas
y negativas, luces y sombras, transparencias y opacidades, bonanzas y oleajes.
Las personas muy apasionadas, con tendencia a dramatizar o con una
visión sesgada y escotomizada de su vida son incapaces de reconocer todo lo bueno que
ha circulado por ellos, y se detienen especialmente en los apartados dolorosos y se
recrean muchas veces en sus contenidos.
En algún caso puede ser interesante "hacer balance" con cada uno para
ilustrar el pasado y llevar a cabo cierta educación retrospectiva que enseñe a valorar sus
segmentos y sus parcelas.
Decimoquinto remedio: frenar la tendencia a controlar vigilar e
inspeccionar al cónyuge.
Por lo general suele tratarse de una crítica menuda, poco importante,
pero persistente, casi diaria, que se acompaña de enfrentamientos paulatinos. Lo más
grave es que conduce a sentirse observado y, por tanto, mantenerse en guardia,
perdiendo espontaneidad.
La conducta se autoanaliza moviéndose en base a bloqueos intermitentes.
Por esta línea sólo va a haber naturalidad cuando no se esté junto al cónyuge, quien
fiscaliza todo su funcionamiento y mecanismos psicológicos. Este hecho, en apaciencia
insignificante, se va convirtiendo en una verdadera tortura, que puede llevar a un final
imposible y sin salida si no se arbitran unas medidas a tiempo.
La capacidad para respetar la libertad de acción refleja un espíritu liberal
en quien lo practica y una aceptación del otro tal como es; aceptación que comporta
ayudarle a mejorar, pero de otro modo, con otros resortes, con más tacto, usando la
delicadeza como pieza intermedia.
Decimosexto remedio: frenar el lenguaje interior negativo del
cónyuge.
La ""psicología cognitiva" se ocupa del procesamiento de la información
a nivel cerebral. Sus principales estructuras son la atención, la memoria, las imágenes de
la mente, las representaciones, el pensamiento y todos los procesos intelectuales
complejos.
En nuestro cerebro se van archivando imágenes y esquemas de nuestras
experiencias, desarrollados a partir de hechos anteriores. En una pareja en crisis o con
dificultades intermitentes es relativamente frecuente que se vayan elaborando
"estructuras cognitivas del cónyuge críticas", negativas, acusatorias......, algo así como
opiniones progresivamente peyorativas que van dañando la imagen de la otra persona,
aunque tengan un derrotero casi exclusivamente interior.
¿Cómo se fabrican esos conceptos distorsionados?.
1) Tendencia a hacer generalizaciones negativas continuas.
2) Centrarse en un detalle negativo y agrandarlo, sacándolo de contexto.
3) Maximalización y minimación.
4) Pensamiento absolutista dicotómico.
5) Adelantarse en negativo.
De esas ideas, pensamientos y recuerdos marcados por la hipercrítica del
otro van a ir emergiendo sentimientos negativos que modificarán la vida afectiva en esa
línea. Se genera un "modelo de esquema" del otro malo, pobre, al que se le escamotea
todo plano positivo.

AMAR A ALGUIEN.

Yo me enamoro muy fácilmente, si queréis me enamoro de vosotros, soy como el taxi del amor, te subes y bajo bandera...
Bajar bandera, antes se decía eso porque los taxímetos tenían una especie de palanca que se bajaba, ahora son digitales.
Me he ido por las ramas, y es que no es fácil para mí entrar en el tema en mi estado actual, me acaban de rechazar, estoy algo alterado, trastornado, compungido, lógico, menudo palo.
Enamorarse es volver a tener 15 años, eso no cambia, es siempre igual durante toda la vida, dejas de comer, te pasas el día pensando con gesto de idiota en la persona amada, estás deseando estar siempre junto a ella, el tiempo no existe junto a ella, eres feliz junto a ella, la vida tiene una nueva calidad, todo es hermoso, todo el mundo es simpático, eres feliz todo el tiempo, todo es más divertido, apasionante, curioso, si quieres disfrutar del mundo, enamórate, te lo aconsejo.
Lo que sucede es que eso no se puede programar, surge o no surge, y es un misterio por qué surge o por qué no surge, el sentimiento amoroso es imprevisible, no obedece a razones, es, en definitiva, eso, un sentimiento, el más devastador de todos.
Hay un antes y un después de enamorarse por primera vez, antes puedes ser feliz sin el amor, después ya nunca volverás a ser feliz sin el amor, es como probar la heroína, algo parecido, eso supongo.
Porque el amor produce en uno sustancias adictivas de un poder superior a la heroína, de ahí que uno llegue a trastornarse por desamor, y que haya hasta suicidios, los románticos lo sabían bien.
El amor nos hace grandes, generosos, esforzados, valientes, bien lo han sabido los escritores desde siempre, la literatura, la poesía, el teatro, el cine, el arte en general, bebe de las fuentes del amor, que, por otro lado, es el tema preferido del espectador.
El espectador que no ama siente vicariamente el sentimiento a través de la ficción y de su representación.
Amar, amar realmente, es como una lotería, una casualidad, el que dos almas gemelas se reúnan en esta vida es algo como mágico y difícil que suceda, por eso hay tanta frustración amorosa, y por eso tantas parejas van mal, si encuentras a tu media naranja, a tu alma gemela, te espera la felicidad de por vida, y más allá aún, porque seguro que con ella te vuelves a reunir en el mundo de espíritu.
A los despechados, abandonados, despreciados, por el amor, nos queda el consuelo de la literatura y del cine, de las historias contadas por otros que nos hacen vivir imaginariamente la fantasía de un amor que para nosotros no es posible, aunque lo fuera en un tiempo.
Huérfanos del amor, apátridas del sentimiento, exiliados de la ternura.

el paseante

¿Quiere alguien casarse conmigo?

Menuda carita de pena que se me ha quedado, fijaros en el detalle de la furtiva lágrima cayendo de mi ojo, doy pena, sé que no estoy precisamente en mi mejor momento, lo sé, lo noto, puedo sentirlo, pero si alguien, no obstante,  quiere casarse conmigo, aquí estoy, aquí me tiene, ...soy el paseante..., alguien me querrá, digo yo, 30.000 visitas al blog en un año..., mi torso..., tal vez me estoy precipitando, no lo sé, es un poco pronto, estoy algo despechado tal vez.
Todos los grandes genios, los grandes mitos, los grandes divos, al final padecemos el mismo mal, la soledad, porque la excelencia aisla, nadie quiere estar muy cerca del astro rey por miedo a quemarse...
el paseante

Vendo móvil y calzoncillos baratos.


El ajuar de la boda, vendo el ajuar de la boda, ya no me caso, me han rechazado.
Tampoco había tanto ajuar por el momento, un móvil blanco (especial bodas), y unos calzoncillos blancos (Abanderado underwear).
El móvil a estrenar, sólo lo he utilizado para hacerme fotos del torso, está lleno de fotos de mi torso, el salvapantallas es una foto de mi torso también, esto supongo que le da un valor especial mitómanos muy interesante, es una pieza de museo, algo así como si Elvis hubiera tenido móvil y estuviera lleno de fotos suyas, como para subastarlo en Sothebys.
Los calzoncillos ya los estrené, por probármelos, me están un poco grandes, pero ya están lavados, aunque no sé si hice mal lavándolos, igual que con el móvil tendrían más valor usados, como si fueran unos calzoncillos usados de Elvis, especial mitómanos.
No sé si vender caro o barato, son artículos ya fuera de mercado en tanto en cuanto son fetiches de el paseante.
Se me ha ocurrido una idea, en lugar de poner precio admito ofertas, el que más ofrezca se los lleva, en plan subasta Sothebys.
Pues ya sabéis, se admiten ofertas...
El mejor postor se llevará estas dos joyas únicas.
Dos joyas que harán historia, pertenecientes al ajuar de la boda fallida de el paseante
Y hay que pujar por separado para cada artículo.
Los precios de salida son 300 euros para el móvil y 30 euros para los calzoncillos.
Y no hay límite, hasta donde lleguéis.
Lo recaudado con la subasta será donado a una organización benéfica.
Voy a averiguar en Google si hay alguna organización benéfica de corazones rotos.
el paseante

Me han dado calabazas.

Una imagen vale más que mil palabras.
Me han dado calabazas.
No quieren casarse conmigo.
Ya lo sé, ya lo sé, no hace falta que digáis nada, es muy fuerte despreciar así nada menos que a el paseante, tranquilos, no os sulfuréis, vuestro cariño por mí os puede, os lo agradezco, gracias a vuestro cariño y a vuestro apoyo incondicional saldré adelante.
Pero hay momentos en que me vengo abajo...
Por cierto, al menos me han dado unas calabazas variadas, imaginativas, multicolores, como para poder elegir.
Y qué hago con tanta calabaza...
No me caben en la casa.
Creo que voy a hacer una crema de calabaza, una amiga me ha regalado un libro de recetas de cocina, y ayer precisamente estuve leyendo esta receta, debió de ser algo premonitorio, cada vez creo más en estas cosas.

el paseante halloween

La película de la semana. La boda de mi mejor amigo. P. J. Hogan. 1997.

Está igual que yo, la acaban de dar calabazas, como a mí.
Me consuela que hasta a Julia Roberts le den calabazas, ya no se respeta ni a los grandes mitos, Julia Roberts, el paseante...
Pobrecilla, la veo y me parece verme, como en un espejo me miro en ella, bueno, yo no fumo, es la única diferencia, pero de ánimo igual, no hay más que verle la cara, lo está pasando mal, muy mal, fatal.
El amor tiene estas cosas, a veces te da felicidad y a veces tristeza, y con frecuencia primero lo uno y luego lo otro.
Pero Julia y yo no hemos tenido ocasión de llegar a "lo otro" porque de entrada no hemos pasado de "lo otro", no nos han dado ocasión.
Una crueldad.
No sé si voy a poder decir algo sobre la película, estoy muy afectado, lo cierto es que me siento tan identificado con el personaje de Julia Roberts, sólo valoro y quiero tener a las personas cuando las voy a perder, y eso le pasa a ella en la película, su mejor amigo de toda la vida, su primer amor, su amor platónico, se va a casar, y ella hará todo lo posible por impedirlo, incluso en ocasiones estará cerca, muy cerca de conseguirlo, pero la victoria será pírrica, eso parece pensar ella en esas ocasiones, quiero decir, si alguien no te quiere como para casarse contigo, si alguien no te elije, si prefiere a otra, por mucho que tú le quieras, le persigas, luches por él, pues al final todo será muy forzado aunque lo consigas, todo estará prendido como con alfileres, y todo será frágil, nada sólido, y acabará cayéndose.
Pero ella le habla claro a él, y él se queda tal cual, hecho un pasmarote, la comprende, la quiere, pero ya ha elegido a otra, el amor tiene estas cosas, el amor es así...
La película es una comedia americana de las grandes, la ponen en la tele con frecuencia, yo siempre que tengo ocasión no me la pierdo, cada vez que la vuelvo a ver me fijo en cosas diferentes, interpretaciones, personajes, diálogos, escenarios naturales, música, decorados, vestuario, guión, planos, contraplanos, montaje...
Las buenas películas son un pozo sin fondo, siempre que vuelves a verlas descubres nuevos aspectos en los que antes no te habías fijado, y te recreas en ellos, te dejan un nuevo regusto, un nuevo sabor, siempre excelente. Depende tu percepción del estado de ánimo con que te enfrentes a ellas.
Las buenas películas son como las muñecas rusas, una dentro de otra, y parecen no tener fin.
Y es que ya lo dice mi padre, los americanos cuando hacen una buena película es insuperable, porque allí el cine es una industria.

Creo que necesito volver a ver esta película, a ver si proyectándome sobre el personaje de Julia Roberts, y riéndome un poco viendo mis defectos en la pantalla, me consuelo algo de mi pena, mi inmensa pena...

el paseante apenado