jueves, 1 de octubre de 2015

7 - NIEVE DE ABRIL (poemas 61 a 70).





Tu alma

Tu alma y yo nos entendíamos perfectamente
Pero tú y yo no
Yo estaba hecho para tu alma
Déjame tu alma para mí
Quédate tú contigo
No te necesito
Sólo en tu alma soy feliz
Junto a ella siento la dicha de la vida
Y la dicha del amor por siempre
En tu alma permanezco enamorado
Feliz de tenerte al fin conmigo
Sin necesidad de ti
De tu presencia
Dichoso en ti sin tenerte
Y ausente en la embriagadora paz
Del recuerdo de tu sonrisa
En la que te entregabas a mí por completo
Rendida una y otra vez
Tu alma frente a la mía

Innecesario tú

Tú hoy ya me eres innecesario
Porque aprisionan tu alma tus circunstancias
Y no se puede manifestar
Tal cual es
Enamorada de mí

Juntos

Tu alma me alimenta
Me da la vida
Sin límite
Por siempre
A través de tu amor
Y así permanezco
Por siempre
En la eternidad del tiempo
Que compartimos juntos los dos

Morir de amor

Hoy, ahora
Voy a morir
En este éxtasis total
De amor por ti
Amor
Te quiero

Savia

Tu olor me embriaga
Me enloquece tu olor
El sabor de tu piel
Es para mí la más dulce droga
Y tu saliva un néctar delicia de amor
Tus dientes, tus labios, tu sonrisa
La expresión radiante de tu mirada
Llena mi alma de alegría
La profunda oscuridad de tu sexo ardiente
Es el rincón del mundo
En el que quiero permanecer por siempre
Aspirando el intenso aroma de tu pasión
Eres para mí el fruto siempre en sazón
La flor siempre inmaculada
El polen que me fecunda
La raíz que me alimenta
La savia que me da la vida
A través de ti se cumple en mí
El ancestral ciclo de la naturaleza
Que una y otra vez se repite
En el ciclo de nuestro amor

Estruendosa pasión

Tu sexo es el faro que cada día me guía
Hasta llegar la noche y encontrarme
Con su delicioso néctar de amor
Es tu sexo la imagen segura de mi felicidad
La emoción que alimenta mi día
Mi alimento, delicioso néctar de amor
Que saboreo, paladeando en sus variados sabores
Todos los sabores de la vida
Que me fecundan en un éxtasis
De loca pasión por ti
Que apenas termina se pone en pie y recomienza
Hasta no poder más
Y aún entonces perdura
En el deseo que no se realiza
La promesa de su consumación futura
En el futuro ilimitado
Del encuentro ininterrumpido
De mi boca con el dulce sabor de tu piel
Piel que saboreo como un helado de verano
Cucurucho de vida coronado de la belleza de tu amor
Sabor a ti
Intenso sabor a ti
Que bloquea todos mis sentidos
Y me envuelve en un clímax que estalla
Contenido y ardiente
En una catarata de irreflexiva pasión
Cuyo punto final nunca llega

La lucha

Puedo ser tuyo cien veces sin llegar nunca a serlo
Puedes ser mío cien veces sin llegar nunca a serlo
Ni tú ni yo nos perteneceremos nunca
Porque si nos perteneciéramos
Todo el deseo se acabaría
Es por el imposible de conseguirnos
Por lo que luchamos
Y es esa lucha la que constituye
La esencia de nuestro amor
Larga contienda de batallas perdidas
De posiciones retomadas
De luchas cuerpo a cuerpo repetidas
Plazas inexpugnables
Bien sé que sólo en la contienda
Podremos mantener el deseo
Y la fantástica quimera del amor

Tu sexo

Tu sexo es mi norte
La brújula de mi deseo
Me dirige siempre hacia ti
En la fuente de tu sexo
Bebo el agua clara de mi renacer
Que me limpia de todo mal
Y me da la felicidad sin límite
Mi alma acaricia y besa tu sexo
Que estalla en frenéticas oleadas
De pasión por mí
Llenándome de placer y dicha infinitas
En las fuentes subterráneas de tu deseo
Permanezco a la espera
De tu renovada pasión por mí
Que desatada me llena de nuevos placeres
Y de ilimitada satisfacción por siempre

Tu flor

En la flor del sexo de tu pasión
Libo el néctar de tu amor por mí
Por siempre
Me refresco el alma
Y renazco puro
Como recién nacido
A través de las suaves oquedades de tu amor
Bañado en la blanca espuma
De la enorme catarata de tu amor desbordado
En la cual me deslizo como un pez
Que tragarse quisiera todo tu amor
De una sola vez

Buenas noches

Recostado en tu cuerpo
Pienso en ti una vez más
Apago la lámpara de la mesilla
Te beso
Y me duermo
Entonces comienza mi sueño
Y aún ahí veo que sigo a tu lado
Compartiendo en ese otro mundo
Nuestro amor de nuevo
Y sueño que estoy
Recostado en tu cuerpo
Y pensando en ti una vez más
Y me despierto y te veo
Allí junto a mí dormido una noche más
Y me pregunto qué es sueño
Y qué es realidad
Y si algún día me tendré que despertar
Y no estarás ya junto a mí durmiendo
Y si eso será también un sueño
Y el sueño la realidad



Nieve de abril (poemas 61 a 70)
José Ramón Carballo


Decíamos ayer. Mayo 2013 (3). Lobi contemplando el paisaje y otras historias.

domingo, 26 de mayo de 2013


Decíamos ayer. Abril 2012 (3). El sueño del mendigo y otras historias.

miércoles, 18 de abril de 2012


Homosexualidad y psicoanálisis.

Escena de la serie de tv Física y química.
Con alguna ligera corrección que no altera nada substancial, ésta fue  mi comunicación en un debate sobre homosexualidad y psicoanálisis, que tuvo lugar hace algunos años en la sede de la Asociación Catalana de Psicoterapia  Psicoanalítica de Barcelona. 

A lo largo de su historia el psicoanálisis, o mejor dicho los psicoanalistas,  expresan  alguna ambivalencia respecto de la homosexualidad. No era el caso de Sigmund Freud, quien hizo siempre muy patente su posición. En una carta del 9 de abril de 1935, respondiendo a una señora  americana preocupada por las tendencias de su hijo,  el inventor del  psicoanálisis le escribía “La homosexualidad no es  evidentemente una ventaja pero  no es nada de lo que se tenga que avergonzar, no es un vicio ni tampoco  podríamos calificarla de enfermedad, nosotros la consideramos como una variante de la función sexual, provocada por una detención del desarrollo sexual. Muchos individuos altamente respetables, desde los  tiempos antiguos a los modernos han sido homosexuales y entre ellos  encontramos grandes hombres (Platón, Miguel Ángel, Leonardo da Vinci, etc.) Es una gran injusticia perseguir la homosexualidad como un crimen, y también es una crueldad. Si usted no me cree, lea los libros de Havelock Ellis”.
Es decir que para Freud, si los homosexuales eran algo en todo caso eran algo así como inmaduros, enunciado que si nos ubicamos en la época en que fue dicho era todo un progreso.
Esta posición era coherente con su premisa sobre la condición bisexual del ser humano. Recordemos que para Freud la definición sexual era un proceso complejo en el que además de los caracteres anatómicos  participaban la identificación sexual predominante y la elección de objeto. El sexo era un misterio mucho más que anatómico (esa es la razón por la que desde la  Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, Pekín 1995 se pretende, en mi opinión muy equivocadamente hablar de “género”).  Para Freud el sexo se trataba de un conjunto de tres elementos (la anatomía, la identificación y la elección de objeto) del que se desprendían varios subconjuntos de combinaciones posibles. Por ejemplo, una fijación infantil a la madre, acompañada  de una decepción del padre en el caso de la joven homosexual y una búsqueda  de jóvenes discípulos  para amar  tal como idealmente la madre lo habría querido a él, en el caso de Leonardo da Vinci. Para Freud intentar transformar un homosexual plenamente desarrollado en un heterosexual era una empresa tan inútil como la operación inversa de querer transformar un heterosexual  en homosexual y  pretender explicar  cómo alguien había llegado a ser homosexual era tan complicado como la operación contraria de explicar cómo se había definido heterosexual.
El tema ya había sido objeto de luchas internas entre los primeros psicoanalistas. Encontramos en  Roudinesco y Plon  el relato de aquel mes de diciembre de 1921 en que dentro del comité secreto que dirigía la recientemente creada IPA se batieron berlineses contra vieneses  alrededor de la cuestión de si los homosexuales podían o no ser analistas. Los vieneses, representados por Ferenczi, Rank y Freud perdieron la partida frente a los berlineses, liderados por Karl Abraham y con el espaldarazo de Ernest Jones, quien sostenía que “a los ojos del mundo la homosexualidad es un crimen repugnante y si fuera cometido por uno de nuestros miembros nos traería un grave descrédito”.
De esta manera, promovida por Jones, quien traía sobre sus espaldas una acusación por abuso sexual en el Canadá, y contra la opinión de  Freud se extendió la exclusión de los homosexuales de la legitimidad para acceder a psicoanalista.
¿Quién tenía razón? ¿Y qué  significa  tener razón en este caso?
Anna Freud   jugó un papel predominante. Para ella la sospecha de homosexualidad era la peor de todas y estremece imaginar cómo habrá sufrido los comentarios del milieu psicoanalítico  sobre su amistad con Dorothy Burlingham.  En l956  invitó a la periodista Nancy Procter-Gregg a no citar en un artículo en The Observer aquella carta de su padre del 1935 basándose en primer lugar en que “(…) ahora podemos curar muchos más homosexuales de lo que creíamos  posible antes.  La otra razón es que los lectores podrían ver en ella -la carta de Freud- la confirmación de que todo lo que el  psicoanálisis puede hacer es convencer a los pacientes de que  sus defectos o inmoralidades no son graves y que habrían de aceptarlos con alegría”
Patología, defectos, inmoralidades… y la selección de analistas. La cuestión estuvo planteada desde siempre. ¿Pueden los homosexuales ser analistas? ¿Y si no, porqué no? ¿Por inmorales o  por enfermos? ¿Se derivaba de su elección de objeto sexual alguna influencia negativa sobre sus capacidades mentales que los excluyera  de la posibilidad de practicar el psicoanálisis?
Empecemos por la cuestión moral. Está claro que  inmoralidad descarta moralmente  para la práctica de cualquier profesión en la cual la dicha inmoralidad ocupe la escena  y se apodere de la práctica profesional. Las conductas inmorales que están tipificadas como delitos (la mala práctica, el abuso, la prevaricación) cuando son descubiertas sufren las debidas consecuencias y suelen ser condenadas y castigadas.
Ahora bien, ¿un  homosexual no tiene más salida, sólo por el hecho de serlo y compelido por su propia inercia que incurrir en alguna incorrección? ¿Y cuál  podría ser ésta en el  caso de practicar el  psicoanálisis?
Sensibilidad científica o artística no es incompatible con homosexualidad. Abundan los ejemplos. Capacidad de empatía por el drama humano tampoco. O sea que para excluir de la práctica del psicoanálisis al homosexual hay que definir muy específicamente aquella inmoralidad en la que dada su elección de objeto no tendría más remedio que  incurrir.
Lo inmoral en psicoanálisis es disfrutar del paciente. Errores  podemos cometer todos,  pero aquello  que trasciende el error y para lo que se supone que nos hemos analizado es para no hacer del paciente el objeto de nuestras tendencias, sean sádicas, masoquistas, voyeuristas, exhibicionistas y por el estilo, para no vampirizar sus emociones, para no aprovecharnos de sus angustias o inhibiciones para sentirnos mejores que ellos, etc.  Más bien al contrario, la posición de analista nos coloca como objeto de sus tendencias parciales, para que ensaye  (y fracase gracias a nuestras intervenciones)  el disfrutar de este cuerpo hablante que ofrecemos a sus transferencias. Quizás es por eso que  el funcionamiento mental neurótico  parece ser  el que mejor capacita  para ser analista, porque  como neuróticos  tenemos  tanto miedo a ser perversos que cuando nos equivocamos nos angustiamos y corremos a buscar la supervisión o la corrección de los colegas.
Quiero decir algo que es obvio: cualquiera puede cometer una inmoralidad, pero aquel mejor dotado para  la autoobservación  será el que pueda aprender para la próxima ocasión. Y hablando en general, es decir sin tener en cuenta las variantes individuales, de todos los diagnósticos que conocemos el de neurótico es el mejor candidato para la autocrítica cordial.
Y así hemos pasado de lo moral a lo diagnóstico, cosa nada extraña en psicoanálisis, aquel invento freudiano que hizo de la dimensión de lo moral el corazón mismo del sufrimiento psíquico. Hablar de enfermedad para nosotros es hablar de sufrimiento y este es un buen momento para recordar que para el  psicoanálisis no hay ninguna otra enfermedad que el síntoma,  me refiero a aquel  sufrimiento cargado de misterio y de autointerpretaciones insatisfactorias,  el diagnóstico que nos trae el mismo paciente, el mejor que él se  puede hacer y sin el cual mal podemos analizar nada.
He aquí  una pista, bien freudiana por cierto. Si alguien sufre por el hecho de ser homosexual, si  hace un síntoma de su elección de objeto,  entonces y sólo entonces hay algo a analizar. Si sufre autocríticamente, (que en esto consiste hacer un síntoma) entonces se tratará de un neurótico o eventualmente de un psicótico. Al contrario, si no sufre, entonces será o una persona sana o un perverso, que puede llegar a ser un delincuente o merecer cualquier categoría psiquiátrica que le corresponda sin ser un enfermo en sentido propiamente psicoanalítico.
Repasemos ahora las preguntas.  ¿Los homosexuales no podrían ser analistas por homosexuales o por perversos? Más precisamente, ¿la homosexualidad es una perversión? Ya podréis suponer que mi respuesta es que no necesariamente.
El funcionamiento perverso, que pretende desconocer la diferencia de los sexos y los deseos  del prójimo está basado en la renegación  de la castración,  acción mental que genera una  disociación en el psiquismo. Mal podría un analista perverso guiar su paciente  al reconocimiento de los límites de su subjetividad, a la aceptación de la castración simbólica, la que nos permite tanto considerarnos solamente como personajes únicos entre personajes también únicos como necesitar  ser fieles a nuestras promesas más allá del poder de transgredirlas.   No reconociendo (renegando)  la reproducción bisexuada se desconoce el destino mortal del ser humano, se potencia la ilusión  megalomaníaca  y el otro queda reducido a papel de objeto  víctima de las manipulaciones (intrusivas y violentas o provocadoras de violencia) de este creyente en la omnipotencia de la sexualidad (y en el fondo un adorador radical de su madre) que es el perverso.
Los argumentos en contra de la homosexualidad sólo pueden ser morales o clínicos. El psicoanálisis es la terapia de la humildad creadora, de la asunción de nuestros límites  como la garantía de la potencia, sea sexual, reproductora, artística, científica y humana en general. Del reconocimiento del otro en cuanto que otro y de la administración de la agresividad vital para que no degenere en violencia perversa.
La existencia de sólo un homosexual capaz de hacer esto ya deja  fuera de juego  el argumento que los descalifica como psicoanalistas. Y mirado desde el otro extremo, hay heterosexuales que ni aún queriéndolo mucho disponen de la capacidad analítica,  por lo  que tenemos que concluir que dicha  capacidad  no radica en la elección del objeto sexual.
Porque la homosexualidad en principio sólo es esto: una elección de objeto.   La tesis freudiana permanece vigente. De las tres columnas que construyen la definición sexual, operando  sobre el principio de la condición bisexual del ser humano, las elecciones de objeto se tienen que conjugar con la anatomía y con la trama identificatoria, matriz de la subjetividad. Que  haya homosexuales perversos no autoriza a concluir que todos lo son,  también hay heterosexuales perversos.
El cuerpo de la madre, presente o ausente, y que contiene todas las riquezas del mundo es el enigma original ante el cual todo niño llega al mundo. Para no perder la madre cada niño tendrá que resolverlo  como pueda, algunos se identificarán a ella en su condición de mujer fálica que nada desea porque ya lo tiene todo, otros se identificarán a los signos que orientan su deseo, otros fluctuarán perplejos ante la confusión insoluble  de sus  deseos.
Anatomía, identificación y elección de objeto son los tres elementos del conjunto responsable de encontrar la solución en el vértigo de la bisexualidad. La solución heterosexual  ha sido premiada por la especie, interesada en su conservación. No es la única sin embargo  y por más identificada que esté la solución encontrada con lo hétero la bisexualidad como condición originaria  no desaparece y continúa realizando su trabajo en los laberintos de la mente y esta  empresa  puede ser alegre y creativa  o dolorosa y sintomática.
El verdadero duelo  que tienen que hacer los seres humanos ante el enigma de esta  sexualidad tan poco natural que es la humana es el duelo  por la bisexualidad, más concretamente por la diferencia de los sexos. No le corresponde al  psicoanálisis juzgar sobre la mayor o menor corrección de las soluciones encontradas, sí en todo caso ayudar a resolver aquellas que permanezcan lastradas por el sufrimiento sintomático.

Guillermo Mattioli
Psicoanalista

Un sueño... (caso práctico) - 2

Volvemos al sueño, ya ha pasado más de una semana desde que tuve el sueño, y analizando la descripción que entonces hice me he dado cuenta de que introduje una carga valorativa al decir que el cese de mi compañera de trabajo y amiga "era necesario", y además añadí "creedme" como si quisiera de esta forma ganar adhesiones y poner a quién lo lea a mi favor.
De ahí la importancia de dejar pasar un lapso de tiempo hasta analizarlo, porque si se hace de manera inmediata no tenemos distancia suficiente para enjuiciarlo con la necesaria frialdad.
Contaba que el sueño tenía lugar en un almacén de muebles y que era de noche, apenas se veía, este lugar está tomado de mi oficina de trabajo actual para llegar a la cual hay que cruzar una enorme nave que se ha convertido recientemente en improvisado almacén de muebles.
En el sueño es de noche y apenas se ve, de noche no trabajo pero al anochecer pronto en invierno es como si fuera ya de noche, por tanto tomo el lugar y la hora para el sueño del último recuerdo que me llevo de mi oficina al marcharme por las tardes, la noche que tuve el sueño había trabajado por la tarde.
Y además mantengo el sueño ambientado de esta manera en el ámbito laboral, el mismo escenario de los acontecimientos a los que el sueño se refiere.
Alguien que yo no veía me hablaba, en principio no identifiqué quién era pero rememorando el sueño después me di cuenta que aunque no lo identificara sabía bien quién era, se trataba de un subordinado de entonces, mi mano derecha en aquellos momentos y también amigo mío.
Entre mi amiga y mi amigo había una gran rivalidad, esta rivalidad llegó hasta el punto de que mi amigo me amenazó con marcharse si no cesaba a mi amiga.
De él era la voz que me decía: "mira, fíjate bien, si ella está aquí", refiriéndose a mi amiga.
Yo le contestaba: "no la veo, ¿dónde?"
Él entonces tomaba una especie de bola de bolera de forma irregular envuelva en papel aluminio y me la entregaba, diciéndome:
"Mírala".
Justo antes de comenzar a desenvolverla me daba cuenta de que se trataba de la cabeza de mi amiga, y me despierto.
Mi amigo no aparece en el sueño pero está presente de esa manera, igual que no estuvo presente en el cese pero fue su ejecutor mediato.
Yo quedo en medio, ejecutor inmediato de su voluntad y aterrado por la repugnancia que me produce tener en mis manos la cabeza cortada de mi amiga envuelta en papel aluminio.
Terrible.
El sueño reproduce de manera metafórica todo lo sucedido, los tres principales actores del suceso, sus papeles, la consecuencia inmediata, el cese simbolizado en la cabeza cortada, y la consecuencia mediata, mis remordimientos de conciencia patentes en la sensación de terror, repugnancia e infinita pena que me produce la cabeza cortada envuelta sostenida en mis manos, como una paráfrasis de Lady Macbeth, ése peso queda para mí, sobre mis manos sostengo las consecuencias para siempre porque me despierto antes de poder desembarazarme de la cabeza.
La frase "era necesario, creedme", en la descripción que hice del sueño hace una semana y con la que me referí al cese, pone de manifiesto mi poca convicción sobre su necesariedad y mi afán porque así lo crean los demás.
El desencadenante último del sueño fue una conversación que tuve recientemente con mi amigo sobre mi amiga, el motivo de esta conversación me lo reservo por motivos de confidencialidad.
En los momentos en que el cese tuvo lugar hace ya más de tres años, estaba releyendo precisamente Macbeth.
(continuará)
el paseante

Ser un icono. Eva Perón


La Kirchner quiere parecerse a Evita, pobrecilla, no hay color, por mucha cirujía que se haga no va a conseguir nunca nada, y además qué le pasa a esa mujer en el cuello, será que el cuello no se lo pueden estirar, ¿os habéis fijado?, trata de cubrírselo con la melena que se la peina hacia adentro y no para de moverla, y luego está el tema del tinte del pelo, horroroso, se lo debe aplicar ella misma en casa, como Rajoy, por cierto, llevan el mismo tono, como un caoba oscuro, y los modelitos de Chanel, los de la Kichner, claro, no va ser Rajoy el que se vista de Chanel, aunque ayer llevaba una chupa muy graciosa color azul oscuro, ¿la visteis?, se la debe haber comprado la mujer, iba como diciendo "tierra trágame", y es que debe ser muy tímido, estaba como cuando tu madre te compraba un abrigo nuevo y tenías que llevarlo al colegio, todos se metían contigo, bueno pues Rajoy ayer igual, encogido delante de las cámaras agarrado a su carterita, me pregunto qué llevará un Presidente de Gobierno en una carterita así, tan modesta.
Tal vez los papeles de Repsol.
No me fío de las personas que se tiñen el pelo, y menos de los que se lo tiñen de color caoba, el color caoba no existe en la realidad, nadie tiene ese color natural de pelo, es un color de peluca, el que se tiñe de color caoba es que tiene pretensiones, fantasías, delirios, de ser algo que no es, algo irreal.
Justo lo que le pasa a la Kichner, que quiere ser como Eva Perón, qué pena, no le queda recorrido, son como la noche y el día, lo de la Kichner no hay operación que lo corrija, salvo que se opere el cerebro.
¡Vaya rueda de prensa!
Parecía la Ninette de Mihura, Ninette modas de París, como la señorita Pepis anunciando la expropiación.
Y luego está ése tan guapito y tan jovencito que tiene de ministro o de asesor de no sé qué, uno que tiene un nombre rarísimo, impronunciable, Cillipoj o algo así, en fin que todo es muy raro, y es como de aficionados, pero la política y el dinero tienen estas cosas, donde hay tajada ya se sabe, hay que aprovechar la ocasión, a vivir que son dos días.
¿Qué habrá entre el Cillipoj ése y la Kichner?
Es todo como de culebrón.
Bueno, sigamos aplicando la frase-mantra del 2012, a saber:

"Cuando peor me porto es cuando más te necesito".

Y ya van tres, el rey, el obispo de Alcalá y la Kichner.

¿Quién será el siguiente?

el paseante

Píldoras para dejar de ser gay.

Las fabrica un laboratorio farmacéutico inglés y las comercializa a nivel nacional la Conferencia Episcopal.
No tienen ningún efecto secundario, bueno, en realidad es que no tienen ningún efecto, ni efecto placebo siquiera, mis mejores amigos gays están en tratamiento con ellas, una después de cada comida, cada ocho horas, en fin, lo habitual, sin receta, pero no las cubre la Seguridad Social, ni pagando el 10%, están fuera del sistema, lógico, España es un país aconfesional y asexual, aunque se reconozca la relevancia de la Iglesia católica y de la orientación heterosexual.
¿Y para qué sirven entonces?
Sencillo, te las compras, las tomas, y cuando vayas al confesionario le dices al cura que eres gay pero estás en tratamiento, no falla:

Ego te absolvo peccatis tuis in nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti.

Ni penitencia te pone, estupendo, ya puedes irte, y a la calle, a lo tuyo, a tu bola.

el paseante

Las opiniones de los obispos.


Menos mal que tenemos las enseñanzas de Cristo para poder soportar estoicamente las declaraciones de los obispos, si no fuera por Cristo, por su ejemplo, la Iglesia sería insoportable, me pregunto qué haríamos si Jesucristo no hubiera existido y tuviéramos que aguantar a pelo esta Iglesia que sufrimos a diario, sería algo insufrible, tan alejados están de las enseñanzas de Jesucristo que ni siquiera ya son conscientes de ello, bueno, tampoco hay que generalizar, una golondrina no hace verano, hay mucha Iglesia más allá del obispo de Alcalá, cuyo nombre ni sé, pero vaya cuadro, pobre hombre, en el fondo debe estar pasándolo mal, sólo un desequilibrado puede hablar de esa manera de otras personas, de otros hombres, de otros congéneres, de otros hermanos, como diría Jesucristo, en fin, habrá que aplicarle la misma frase que le aplicamos recientemente al rey, ¿la recordáis?, pues es ésta:
"Cuando peor me porto es cuando más te necesito"
Pues el obispo de Alcalá nos necesita mucho, muchísimo, porque portarse, lo que se dice portarse, se porta fatal, y cada vez peor, mejor si se callara ya de una vez por todas, menuda cruz nos ha caído con él, es como si quisiera ayudar a consolidar el mundo como un valle de lágrimas, por si no había ya poco con la que está cayendo.
Yo he visto una foto y tiene pinta de gay, bueno, lo mismo hace estas declaraciones en plan columna de humo, para taparse y ser así más papista que el Papa, como suele decirse, y es como lo que ya os he contado sucedió en mi colegio en el que todos los curas gays echaron al único que no era gay acusándole de ser gay.
Todo esto no sintoniza nada bien con la onda de la Biblia, ¿qué haría o declararía este Obispo sobre María Madalena si se le cruzara en su camino?
No quiero ni pensarlo.
Es de vergüenza ajena, sobre todo si eres católico, a mí me abochorna, deberían excomulgarle, echarle de la Iglesia.
Pero volvamos a aplicar la frase:
"Cuando peor me porto es cuando más te necesito"
Esta frase va camino de convertirse en el mantra oficial del 2012, el Rey, el obispo de Alcalá...
 ¿Quién será el siguiente?
¿Será que la crisis les pone nerviosos?
No lo entiendo, con lo bien que viven, y a costa de todos nosotros...
Más bien deberían estar agradecidos y portarse como Dios manda, ¿o no?
el paseante

Solitaire roses.

Solitaire roses. Oil on canvas. José Ramón Carballo.

El cuadro de la semana. San Sebastián. Guido Reni.

 
 
Era una reproducción del San Sebastián de Guido Reni que se encuentra en la colección del Palazzo Rosso de Génova.
El tronco del árbol negro y levemente inclinado de la ejecución destacaba sobre un fondo a lo Tiziano, formado por un bosque melancólico y un cielo sombrío y distante.
Un joven de notable belleza, estaba desnudo, atado al tronco del árbol.
Tenía las manos cruzadas en alto, por encima de la cabeza, y las cuerdas que le ceñían las muñecas estaban a su vez atadas al árbol.
No se veían ligaduras y la desnudez del joven sólo la paliaba un burdo paño blanco, anudado flojamente a la altura de las ingles. Supuse que se trataba de la representación del martirio de un cristiano.
Pero como la obra se debía a un pintor de la escuela ecléctica del Renacimiento, incluso la pintura de la muerte de un santo cristiano desprendía una viva impresión de cultura pagana. En el cuerpo del joven no se veía rastro del duro vivir o de la decrepitud de santos que en tantas representaciones se ven. Contrariamente, en aquel cuerpo sólo había juventud primaveral, luz, belleza y placer.
Su blanca e incomparable desnudez resplandece sobre el fondo crepuscular. Sus brazos musculosos, brazo de guardia pretoriano acostumbrado a tensar el arco y a blandir la espada, están alzados en grácil ángulo, y sus muñecas atadas se cruzan inmediatamente encima de la cabeza.
Tiene la cabeza levemente alzada y los ojos abiertos de par en par, contemplando con profunda tranquilidad la gloria de los cielos.
No es dolor lo que emana de su terso pecho, de su terso abdomen, de sus caderas levemente inclinadas, sino un llama de melancólico placer, como el que produce la música.
Si no fuera por las flechas con la punta profunda hundida en el pectoral izquierdo y en el costado derecho, parecería un atleta romano descansando de su fatiga, apoyado en un oscuro árbol de un jardín.
Las flechas se han hundido en la carne tersa, fragante y juvenil, y pronto consumirán el cuerpo, desde adentro, con llamas de supremo dolor y éxtasis.
Pero la sangre no mana, y no hay siquiera la multitud de flechas que se ven en otras representaciones del martirio de San Sebastián. Esas dos solitarias flechas proyectan sus calmas y gráciles sombras en la tersura de su piel, como las sombras de una rama en una escalinata de mármol.




martes, 17 de abril de 2012


El sueño del mendigo.


Vagón del metro de Madrid.
El sueño.
Foto: José Ramón Carballo López.

El rey y yo.


El domingo por la tarde estuve de visita en casa de unos amigos y salió a relucir el tema, claro, cómo no...
El tema me vino a la mente durante toda la tarde pero evité sacarlo a colación, me parecía poco placentero para la tarde del domingo, por otro lado se trata de un tema espinoso que puede dar lugar a disputas y enfrentamientos.
Recuerdo que estuve visitando Cuba en 1999, en el mes de enero, muy buen tiempo por cierto, una delicia.
Los cubanos despotricaban en privado contra Fidel, estaban hartos de malvivir, pero siempre añadían que antes de Fidel estaban mucho peor y que la Sanidad y la Educación con Fidel eran muy buenas y todos tenían acceso a ellas.
Por otro lado ellos podían hablar mal de Fidel, pero si tú apostillabas algo en el mismo sentido y les dabas la razón, ya no les gustaba tanto, es decir, tú no eres cubano luego no te metas en asuntos de nuestra nación, parecían querer decir con su actitud, y es que Fidel era imagen de su patria y por tanto algo sentido como muy propio y muy dentro sobre todo delante de extranjeros.
Recuerdo que con Franco le pasaba lo mismo a mi padre, despotricaba en privado pero cuando viajaba al extranjero nos contaba que no consentía que nadie no español hablara mal de Franco, porque Franco para él era España en aquel momento.
No sé si me explico, pero creo que a muchos españoles eso nos pasa con el el Rey.

Salvadas las distancias, claro, porque no debemos olvidar que el Rey no es un dictador sino todo lo contrario, es el principal artífice de que España hoy en día sea una democracia, gracias, en mi opinión, a su valía personal, buen hacer y sacrificio.
Nos sacó de una situación muy complicada y supo lograr el consenso entre todos, tan necesario.
De bien nacidos es ser agradecidos, ¿o no?

Pero continúo con la velada en casa de mis amigos el domingo por la tarde...

Mis amigos estaban rabiosos contra el Rey, pero su rabia, en lugar de encender aún más la mía, lo que hizo fue aplacarla, curioso, porque les contemplaba hablar, les escuchaba, y me parecía estar viéndome desde fuera, no os ha pasado nunca que cuando tratan de convenceros de algo en lo que ya creéis de antemano pierde fuerza vuestra convicción porque observáis mejor en otro la torpeza de los argumentos que en vosotros mismos, pues eso me pasó con ellos, salí de la visita menos convencido de lo que entré de mi furia contra el rey, me vi caricaturizado en su furia y se me desmoronaron en gran parte mis argumentos que yo creía tan firme y sólidamente sustentados.

Terrible, lograron en mí el propósito contrario al que buscaban, y es que la vehemencia difícilmente logra adhesiones, y el domingo fue un día de grandes vehemencias.

Salí de casa de mis amigos y en el largo trayecto de vuelta hasta mi casa me fui pensando en una frase que me gusta especialmente:

"Cuando peor me porto es cuando más te necesito"

Pensando en los pesares que últimamente ha venido teniendo el Rey, en su lógica pérdida progresiva de facultades, en la ingratitud que sentirá de la sociedad, en los problemas de España, que a buen seguro no creo que le sean en absoluto indiferentes, y en las vías de escape que en función de su cultura y educación tiene a su disposición.

"Cuando peor me porto es cuando más te necesito"

Me fui ronroneando esa frase hasta que llegué a mi casa y al abrir la puerta me salió a recibir el perrito, Lobi, Lobi dog, que cuando peor se porta es cuando más me necesita, seguro, y lo mismo me pasa a mí con él.

Quién esté libre de pecado que tire la primera piedra, aunque para mí y por mi gran amor a los animales, a la naturaleza, y a la vida en general, la foto de mi Rey empuñando una escopeta delante de un elefante muerto es algo terrible que me hubiera gustado no ver jamás.

el paseante

Dumbo y yo.

Es uno de los iconos de mi infancia, el elefantito Dumbo, en la imagen está junto a su mamá, que le quiere, le mima, le protege, y él es feliz junto a ella, tan tierno, entrañable, adorable, pero las cosas se complican, por qué será que las cosas siempre se complican, y le raptan para llevárselo a un circo donde le maltratan, terrible, cuando eres niño también tienes que tragarte estas historias tan crueles, tristes y despiadadas, menos mal que Dumbo, no sin antes pasar por indecibles calamidades y crueldades, es rescatado y vuelve a ser feliz, hasta donde recuerdo la historia era algo así, lo que sucede es que con los años he ido aprendiendo que después del sufrimiento la felicidad no es total ya nunca porque uno se vuelve temeroso de que algo malo vuelva a suceder.
Dumbo y yo, menuda historia, Dumbo me hizo sufrir mucho, y la semana pasada ha vuelto el fantasma del sufrimiento de Dumbo a apoderarse de mi subconsciente, y he vuelto a sufrir por la mala vida del pobre elefantito, al verlo ya adulto muerto y apoyado de manera cruelmente burlesca con la trompa doblada contra el tronco de un árbol, colocado como si aún tuviera vida pero sin tenerla ya.
¡Menuda proeza!
Es como para estar orgulloso y hacerse una foto sonriendo delante del pobre animal muerto.
¿Y qué culpa tenía el pobre bicho para hacerle eso?
Todos mis fantasmas de la infancia han renacido la semana pasada, con Dumbo lloré mucho, y la semana pasada he vuelto a llorar con un llanto más desconsolado porque al Dumbo adulto muerto no lo resucita ni Walt Disney.
Ante todo el elefante, la indiferencia con él, su sufrimiento inútil, el atentado que supone contra una especie protegida y en peligro de extinción y la inconsciencia, la sonrisa frente a la catástrofe provocada.
Dumbo, el mítico Dumbo de mi infancia, que tan difícilmente fue rescatado de sus secuestradores, la semana pasada fue matado, y de la foto no me podré escapar ya nunca, me persigue por la red, me persigue por mi subconsciente, acecha pidiéndome con su muda crueldad infinita que haga algo, no sé bien qué, pero algo.
Me remueve la conciencia la imagen como echándome en cara mi pasividad y la de tantos otros que hacen que Dumbo acabe así.
Triste, solitario y final.
Pobre Dumbo.
 Te han matado definitivamente en mi subconsciente, con tu muerte pierdo definitivamente toda la inocencia de la infancia, y no hay consuelo que valga.

el paseante

La República.


El mito de la caverna (República, VII)

El libro VII de la República comienza con la exposición del conocido mito de la caverna, que utiliza Platón como explicación alegórica de la situación en la que se encuentra el hombre respecto al conocimiento, según la teoría explicada al final del libro VI.

El mito de la caverna 

I - Y a continuación -seguí-, compara con la siguiente escena el estado en que, con respecto a la educación o a la falta de ella, se halla nuestra naturaleza.

Imagina una especie de cavernosa vivienda subterránea provista de una larga entrada, abierta a la luz, que se extiende a lo ancho de toda la caverna, y unos hombres que están en ella desde niños, atados por las piernas y el cuello, de modo que tengan que estarse quietos y mirar únicamente hacia adelante, pues las ligaduras les impiden volver la cabeza; detrás de ellos, la luz de un fuego que arde algo lejos y en plano superior, y entre el fuego y los encadenados, un camino situado en alto, a lo largo del cual suponte que ha sido construido un tabiquillo parecido a las mamparas que se alzan entre los titiriteros y el público, por encima de las cuales exhiben aquellos sus maravillas.
- Ya lo veo-dijo.
- Pues bien, ve ahora, a lo largo de esa paredilla, unos hombres que transportan toda clase de objetos, cuya altura sobrepasa la de la pared, y estatuas de hombres o animales hechas de piedra y de madera y de toda clase de materias; entre estos portadores habrá, como es natural, unos que vayan hablando y otros que estén callados.
- ¡Qué extraña escena describes -dijo- y qué extraños prisioneros!
- Iguales que nosotros-dije-, porque en primer lugar, ¿crees que los que están así han visto otra cosa de sí mismos o de sus compañeros sino las sombras proyectadas por el fuego sobre la parte de la caverna que está frente a ellos?
- ¿Cómo--dijo-, si durante toda su vida han sido obligados a mantener inmóviles las cabezas?
- ¿Y de los objetos transportados? ¿No habrán visto lo mismo?
- ¿Qué otra cosa van a ver?
- Y si pudieran hablar los unos con los otros, ¿no piensas que creerían estar refiriéndose a aquellas sombras que veían pasar ante ellos?
- Forzosamente.
- ¿Y si la prisión tuviese un eco que viniera de la parte de enfrente? ¿Piensas que, cada vez que hablara alguno de los que pasaban, creerían ellos que lo que hablaba era otra cosa sino la sombra que veían pasar?
- No, ¡por Zeus!- dijo.
- Entonces no hay duda-dije yo-de que los tales no tendrán por real ninguna otra cosa más que las sombras de los objetos fabricados.
- Es enteramente forzoso-dijo.
- Examina, pues -dije-, qué pasaría si fueran liberados de sus cadenas y curados de su ignorancia, y si, conforme a naturaleza, les ocurriera lo siguiente. Cuando uno de ellos fuera desatado y obligado a levantarse súbitamente y a volver el cuello y a andar y a mirar a la luz, y cuando, al hacer todo esto, sintiera dolor y, por causa de las chiribitas, no fuera capaz de ver aquellos objetos cuyas sombras veía antes, ¿qué crees que contestaría si le dijera d alguien que antes no veía más que sombras inanes y que es ahora cuando, hallándose más cerca de la realidad y vuelto de cara a objetos más reales, goza de una visión más verdadera, y si fuera mostrándole los objetos que pasan y obligándole a contestar a sus preguntas acerca de qué es cada uno de ellos? ¿No crees que estaría perplejo y que lo que antes había contemplado le parecería más verdadero que lo que entonces se le mostraba?
- Mucho más-dijo.
II. -Y si se le obligara a fijar su vista en la luz misma, ¿no crees que le dolerían los ojos y que se escaparía, volviéndose hacia aquellos objetos que puede contemplar, y que consideraría qué éstos, son realmente más claros que los que le muestra .?
- Así es -dijo.
- Y si se lo llevaran de allí a la fuerza--dije-, obligándole a recorrer la áspera y escarpada subida, y no le dejaran antes de haberle arrastrado hasta la luz del sol, ¿no crees que sufriría y llevaría a mal el ser arrastrado, y que, una vez llegado a la luz, tendría los ojos tan llenos de ella que no sería capaz de ver ni una sola de las cosas a las que ahora llamamos verdaderas?
- No, no sería capaz -dijo-, al menos por el momento.
- Necesitaría acostumbrarse, creo yo, para poder llegar a ver las cosas de arriba. Lo que vería más fácilmente serían, ante todo, las sombras; luego, las imágenes de hombres y de otros objetos reflejados en las aguas, y más tarde, los objetos mismos. Y después de esto le sería más fácil el contemplar de noche las cosas del cielo y el cielo mismo, fijando su vista en la luz de las estrellas y la luna, que el ver de día el sol y lo que le es propio.
- ¿Cómo no?
- Y por último, creo yo, sería el sol, pero no sus imágenes reflejadas en las aguas ni en otro lugar ajeno a él, sino el propio sol en su propio dominio y tal cual es en sí mismo, lo que. él estaría en condiciones de mirar y contemplar.
- Necesariamente -dijo.
- Y después de esto, colegiría ya con respecto al sol que es él quien produce las estaciones y los años y gobierna todo lo de la región visible, y que es, en cierto modo, el autor de todas aquellas cosas que ellos veían.
- Es evidente -dijo- que después de aquello vendría a pensar en eso otro.
- ¿Y qué? Cuando se acordara de su anterior habitación y de la ciencia de allí y de sus antiguos compañeros de cárcel, ¿no crees que se consideraría feliz por haber cambiado y que les compadecería a ellos?
- Efectivamente.
- Y si hubiese habido entre ellos algunos honores o alabanzas o recompensas que concedieran los unos a aquellos otros que, por discernir con mayor penetración las sombras que pasaban y acordarse mejor de cuáles de entre ellas eran las que solían pasar delante o detrás o junto con otras, fuesen más capaces que nadie de profetizar, basados en ello, lo que iba a suceder, ¿crees que sentiría aquél nostalgia de estas cosas o que envidiaría a quienes gozaran de honores y poderes entre aquellos, o bien que le ocurriría lo de Homero, es decir, que preferiría decididamente "trabajar la tierra al servicio de otro hombre sin patrimonio" o sufrir cualquier otro destino antes que vivir en aquel mundo de lo opinable?
- Eso es lo que creo yo -dijo -: que preferiría cualquier otro destino antes que aquella vida.
- Ahora fíjate en esto -dije-: si, vuelto el tal allá abajo, ocupase de nuevo el mismo asiento, ¿no crees que se le llenarían los ojos de tinieblas, como a quien deja súbitamente la luz del sol?
- Ciertamente -dijo.
- Y si tuviese que competir de nuevo con los que habían permanecido constantemente encadenados, opinando acerca de las sombras aquellas que, por no habérsele asentado todavía los ojos, ve con dificultad -y no sería muy corto el tiempo que necesitara para acostumbrarse-, ¿no daría que reír y no se diría de él que, por haber subido arriba, ha vuelto con los ojos estropeados, y que no vale la pena ni aun de intentar una semejante ascensión? ¿Y no matarían; si encontraban manera de echarle mano y matarle, a quien intentara desatarles y hacerles subir?.
- Claro que sí -dijo.
III. -Pues bien -dije-, esta imagen hay que aplicarla toda ella, ¡oh amigo Glaucón!, a lo que se ha dicho antes; hay que comparar la región revelada por medio de la vista con la vivienda-prisión, y la luz del fuego que hay en ella, con el poder del. sol. En cuanto a la subida al mundo de arriba y a la contemplación de las cosas de éste, si las comparas con la ascensión del alma hasta la. región inteligible no errarás con respecto a mi vislumbre, que es lo que tú deseas conocer, y que sólo la divinidad sabe si por acaso está en lo cierto. En fin, he aquí lo que a mí me parece: en el mundo inteligible lo último que se percibe, y con trabajo, es la idea del bien, pero, una vez percibida, hay que colegir que ella es la causa de todo lo recto y lo bello que hay en todas las cosas; que, mientras en el mundo visible ha engendrado la luz y al soberano de ésta, en el inteligible es ella la soberana y productora de verdad y conocimiento, y que tiene por fuerza que verla quien quiera proceder sabiamente en su vida privada o pública.
- También yo estoy de acuerdo -dijo-, en el grado en que puedo estarlo.

Según la versión de J.M. Pabón y M. Fernández Galiano, Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1981 (3ª edición)

La película de la semana. La senda de los elefantes. William Dieterle. 1954.

 
Es una de las películas favoritas de mi infancia, me ha venido a la mente en esta semana, curioso, era de las películas que ponían en las vacaciones de navidad en Especial vacaciones, en aquellos lejanos tiempos de mi infancia la televisión terminaba después de comer y volvía a comenzar como a las siete de la tarde, eso recuerdo, yo, y había Carta de ajuste, ¿os acordáis?, bueno, pues en navidades, con motivo de las vacaciones escolares, a los niños nos ponían películas y no cortaban la programación por la tarde, aún recuerdo la melodía que anunciaba Especial vacaciones, taraninonino taraninonino taraninininono, preciosa, sonaba de fondo mientras en pantalla se veía un cartón que ponía eso, Especial vacaciones, aquélla era una televisión simple y muy buena, no como ahora que es complicada y malísima, en fin, cualquier tiempo pasado fue mejor, está claro, al menos para mí.
Pero no es que cualquier tiempo pasado fuera mejor, es que realmente fue mejor, y si no basta con volver la vista atrás y contemplar la semana pasada.
Volviendo al tema, la pobre Liz Taylor se casa con un terrateniente de Ceylán que conoce en una librería de Londres, muy romántico, y se va a vivir a Ceylán, lógico, hasta aquí todo bien, pero el marido no la había informado de que la casa, futuro nido de amor de la pareja, estaba construida sobre la senda de los elefantes, casi nada, por lo visto son animales muy testarudos según la película, y siempre quieren volver por la senda y destruir la casa, cosa que al final hacen en una escena que parece como una venganza premonitoria de la noticia estrella de la semana pasada en este país llamado España.
Pobre Liz!
Triste y sola, triste y llorosa, primero, y en estado de pánico y de shock después con los elefantes entrando hasta su tocador, se queda la pobre Liz.
Entretanto medio se enamora de un amigo del marido que "la comprende" mejor que el marido.
A destacar la figura del mayordomo, todo un personaje, y el romanticismo de una Liz Taylor como de porcelana, frágil, delicada, bella, femenina, poética.
Frente a ella la rudeza de un mundo cruel, el de los hombres, encabezados por su marido, que se enfrenta a la naturaleza por capricho, soberbia, simpleza.
El hombre siempre tan insensible con las otras criaturas que pueblan la tierra, con la naturaleza, con el hábitat, tan irrespetuoso con la vida, bueno, el hombre en general no, algunos hombres en particular, o como quiera denominárseles...
el paseante

lunes, 16 de abril de 2012


Hecho unos zorros.

El país hecho unos zorros y va el Rey y caza un elefante. Y, encima, se rompe -el Rey-cual delantero centro en plena faena. Lo rescataron, como si fuera un país a la deriva, y lo operaron de urgencia, como si tuviera la prima de riesgo por las nubes. Pero Majestad, si es que no está usted ya para estos trotes... Alguien debería decírselo: no ha hecho usted bien. Es verdad que nadie se hubiera enterado si no llega a caerse, pero eso de cazar elefantes en Botsuana con su nieto ingresado precisamente por un disparo, y durante la peor semana bursátil del año no crea que genera confianza en la Monarquía. Ni cariño hacia quien la representa.
Y no solo por parte de los defensores de la vida de los animales. Que esos elefantes son enormes, pero no hacen nada, hombre; y además matarlos es carísimo, lo pague quien lo pague, no sé si me entiende. Es ya una cuestión general: los ciudadanos se están hartando un poco de todo. De niños de 13 años que se hieren con armas que no pueden utilizar, de divorcios reales con "estaba con su padre" como contra-argumento al auto-disparo, de Urdangas que sacuden los cimientos de una institución que pagamos entre todos.
¿Y no se puede votar para que el Rey no siga siendo rey?, me pregunta, tras ver la foto del elefante, mi hija mayor. No, le contesto. Pues ¡qué morro! ¿Y quién fue el primero que se inventó lo de ser rey?, me pregunta, fascinada, la mediana. ¡Esto no es justo!, protesta la pequeña, indignada ante el gigantón abatido junto a un árbol. Pues no, no lo es, pero nadie dijo que el mundo fuera un lugar razonable, pensé contestarle, antes de cambiar hacia una conversación más adecuada a sus infantiles intereses.
Las despisto como puedo y consulto mi Twitter, que se encoleriza ante “el colmillo que ha colmado el vaso en el annus horribilis” de los Borbones.

¿Los siguientes?

Cuando estudiaba periodismo en Madrid, 'The New York Times' era la Biblia, pero en serio. Cuando seguí estudiando periodismo en Estados Unidos, aprendí que "si lo dice el Times, ha ocurrido; y si no lo ha hecho aún, ocurrirá", como explicaba uno de mis maestros de Wisconsin.
El diario neoyorquino insinúa que podemos ser nosotros los siguientes. Es verdad: eso ya lo sabíamos. Que nos rescaten –como al Rey- es una opción que cobra credibilidad a medida que pasan los días. Pero la sensación ahora resulta bastante menos digerible: lo dice el mejor periódico del planeta. Aunque se trate del más creíble de todos los medios de comunicación y de opinión del mundo, no todos lo creen. Rajoy, por ejemplo, niega la mayor: no nos rescatarán; no hará falta. Y lo asegura con toda la contundencia posible, con la máxima que es capaz de generar su discurso desapasionado y confiado, en ocasiones ingenuo. Y, quizá por eso, o por eso también, suena a cuando un presidente de un club de fútbol defiende a un "míster" tremendamente cuestionado: "Les aseguro que seguirá siendo el entrenador hasta final de temporada pase lo que pase"; eso también lo hemos oído mil veces, solo unos minutos, o unos días, antes de una destitución.
El gran problema, esta vez, es que estamos a un pequeño desliz del descenso. Y no a la división de plata, hacia un castigo menor. No, no es eso. Esta vez se trata del infierno, y no, exactamente, de aquel que hasta fue divertido, ése en el que que vivió el Atleti un par de temporadas. En este, en el que vaticina el Times que nos podemos precipitar, no se está bien, y < del Estado lejos muy>al que tan estupendamente nos habíamos acostumbrado.

Dar ejemplo

Y es que en medio de esta semana tan compleja, la más negra del año si la juzgamos desde la perspectiva de los inversores en Bolsa, va Froilán y se pega un tiro. Menos mal que en el pie. Cualquier mal pensado podría especular que una situación tan esperpéntica solo puede responder a una (brillante) maniobra de despiste para que los ciudadanos no veamos con la claridad necesaria que el país está, efectivamente, como unos zorros. Para que nos olvidemos de Kirchner y de su amenaza de expropiar Repsol. Para que dejemos a don Iñaki en paz, al menos unos días, aunque el juez siga descubriéndole, otra vez esta semana, cuentas en el exterior.
Qué mal va todo, debe de pensar nuestro monarca, angustiado, absorto en sus afligidos y lejanos recuerdos de disparos accidentales y en otros igualmente desconsolados y no tan lejanos de yernos que, con su cuestionable comportamiento, resquebrajan monarquías. No extraña tanto que, aturdido, se caiga y se destroce la cadera.
Majestad, a su edad, conviene no forzar lo de los viajes a África para matar animales. Ah, y recuerde lo de dar ejemplo: no está el país para cacerías, ni los nietos para enseñarles lo que es disparar a otros seres vivos.

Yo solo

La Bolsa baja y la prima de riesgo sube. Esto ya lo he escrito, creo que de forma idéntica, algún otro domingo. Pero es que insisten, tanto la desconfianza contra la que nos prometió luchar el PP, como los supuestos especuladores que quieren hacernos daño. ¿Cuánto podrán bajar la una y subir la otra sin que nos despidan? ¿Cuánto puede aguantar un país con su prima de riesgo por encima de los valores de rescate y con su índice bursátil descendiendo un 4 por ciento a la semana, al menos la última? No lo sabemos, pero probablemente acabaremos sabiéndolo.
Monti dice que él no ha sido, y así se lo ha dicho a Rajoy. Pero Rajoy no escucha. ¿Pactos? No: yo solo lo arreglo. Tengo la legitimidad. Sé hacia donde voy.
Ojalá.
Quizá sepa Mariano a dónde va pero, desde luego, no sabe contarlo, y quizá por eso parece que ha perdido el rumbo. También parece claro que prefiere ir solo en vez de acompañado de un gran acuerdo parlamentario. Lástima que desconoce, por lo que se deduce de sus actos, que no es momento para héroes, ni para hazañas. Más bien, para el trabajo en equipo, el hombro bien arrimado a la causa común y el ego personal sometido al más férreo control, evitando que se desmande.
También debería controlar nuestro presidente a su gente. No deberíamos escuchar refrescantes propuestas de la presidenta madrileña que modificarían la Constitución si su jefe ni siquiera se digna a planteárselas.
Sorprende, también, el secretario de Estado para el Comercio, cuyo cometido seguro que no es levantar la moral de la patria. "España estaría muerta sin el BCE", afirmó. No sé si las palabras de García-Legaz constituyen un valioso ejercicio de sinceridad o uno de extrema locura; o ambas cosas. Mientras, Sor María dice que ella, desde luego, no ha sido, como Monti. Qué singular resulta observar a una monja ante un juez, en condición de imputada, y encima negándose a declarar. Bueno, la Iglesia y sus siervos, los que la sostienen, nunca han sido muy de dejarse avasallar por la legalidad.
Así andan, claro, de prepotentes en algunas ocasiones, secuestren o no a los recién nacidos. Ojalá, esta vez, el deseo navideño de nuestro fracturado Rey se cumpla en esta fría primavera y seamos todos, efectivamente, iguales ante la Ley.
Somos un país (más) pobre, como dice Eduardo Mendoza, aunque me resisto a admitir que también somos cutres, como asegura el escritor. Pero como esto siga así, con los marcadores económicos augurando más cercana -bum bum, bum bum- la debacle que soñamos con evitar, con nuestro Rey cazando elefantes mientras seguimos hechos unos zorros y con nuestro presidente queriendo convertirse en el John Wayne de la Moncloa, igual hay que irse a Pernambuco. Bueno, mejor no, que si tienes mala suerte acabas en un sandwich.


La foto de la semana (5).

If I only have words...

Aún tengo la vida!!!!!!!! (repetición).

Para la libertad sangro, lucho y pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho. Dan espumas mis venas
y entro en los hospitales y entro en los algodones
como en las azucenas.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.

Retoñarán aladas de savia sin otoño,
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño
y aún tengo la vida.
Miguel Hernández.

La serpiente boa.


Antoine de Saint- Exupèry
"El Principito" 
Con ilustraciones del Autor
 
I 
Cuando tenía seis años, vi una vez un extraordinario dibujo en un libro que trataba sobre el Bosque Virgen, llamado "Historias Vividas". La lámina expresaba nada menos que una serpiente boa tragándose a una fiera. Aquí tenemos la copia del dibujo.
El libro decía: "Las serpientes boas capturan a sus presas y las tragan enteras, sin masticarlas. Esto, no les permite moverse y duermen durante los seis largos meses en que transcurre la digestión." Es entonces que pensé mucho sobre las aventuras de la selva y un buen día, tomé un lápiz de color y logré mi dibujo número 1. Era así:

 
Decidí mostrar mi primera obra maestra a la gente grande, y pregunté si mi dibujo les asustaba.
-"Por qué nos asustaría un sombrero?"-, me respondían.
Pero mi dibujo, no representaba en verdad a un sombrero. Expresaba una serpiente boa que había tragado a un elefante.
Decidí entonces dibujar el interior de la serpiente boa a fin de que los adultos comprendieran, ya que siempre necesitan explicaciones. Así quedó logrado mi dibujo número 2:


Me aconsejaron las personas grandes, que abandonara estos dibujos de serpientes boas cerradas o abiertas y me dedicara un poco más a la geografía, la historia, el cálculo y la gramática.
De este modo abandoné a la edad de seis años lo que pudo haber sido una brillante carrera de pintor. Me encontraba decepcionado a raíz del fracaso de mis dos primeros dibujos. Insisto en que las personas grandes no comprenden nada por sí mismas y es cansador para nosotros, los niños, darles siempre y siempre explicaciones.
Consideré que debía elegir otra ocupación y aprendí a pilotear aviones, volando así por innúmeros lugares del mundo. Reconozco que la geografía me sirvió de mucho. Al instante podía distinguir China de Arizona; esto es muy útil si uno llega a perderse durante la noche.
Debo decir, que así fue como a lo largo de mi vida, tomé contacto con muchísima gente seria. He vivido mucho con personas grandes, viéndolas muy de cerca. Aún así, no mejoré en demasía mi opinión acerca de los adultos.
Cuando encontraba alguna persona grande que me parecía algo lúcida, realizaba la prueba de mi dibujo número 1 que siempre he conservado y conservo aún. Me interesaba saber si verdaderamente comprendería mi dibujo. Sin embargo, siempre me respondían: "Es un sombrero". Desde ya que no les hablaba entonces de serpientes boas, ni de bosques vírgenes, ni de estrellas. Me ponía a su alcance, hablándoles de bridge, de golf, de política y de corbatas. Así es como se quedaban conformes por haber conocido a un hombre tan razonable.
 

Vaya semanita!!!!!


CÓMO SE DIBUJA UN ELEFANTE

¡VAMOS A EMPEZAR!
EL ELEFANTE
ES MUY INTERESANTE
PARA DIBUJAR.
SU CUERPO ES UN CORPACHÓN,
TAMAÑO DE CAMIÓN;
GRANDES LAS PATAS Y OREJAS,
CUATRO PELOS EN LAS CEJAS.
LA TROMPA, ¡QUÉ TROMPAZO!
(UN ELEFANTE SIN TROMPA
ES COMO UNA TRENZA SIN LAZO).
DESCOMUNALES COLMILLOS,
CURVADOS COMO CUCHILLOS.
TODO ES GRANDE (AL FIN Y AL CABO
TAN SOLO TIENE PEQUEÑOS
LOS OJOS Y EL RABO).
ARRUGAS EN EL PELLEJO
-AUNQUE NO ES VIEJO-,
EL ELEFANTE
ELEGANTE,
MÚSICO
BRILLANTE,
TOCA LA TROMPA
AL INSTANTE.
EL ELEGANTE ELEFANTE,
LENTO Y CAMPANTE,
YA ESTÁ DIBUJADO.
EL ELEGANTE ELEFANTE
TOCA LA TROMPA AL INSTANTE.
¡SOLO LE FALTA QUE CANTE!
¡EL ELEFANTE!
(GLORIA FUERTES)

CON RAJOY LLEGÓ EL GORDO DE LA LOTERÍA (La amnistía fiscal, parte primera).

 

Muchos son ( o somos ) los españoles que tenemos algún inmueble, cuenta, o interés económico fuera de España.
Siempre que viajo en avión a cualquier país extranjero fuera de la CE, me hago la misma pregunta...¿cuál de los pasajeros viene forrado de billetes para invertirlos en otros lugares del planeta?. Y les observo fijamente para confirmar mi intuición sobre determinados pasajeros, que no pueden ocultar que llevan consigo un montón de euros .
En una ocasión hice amistad en pleno vuelo con un matrimonio que viajaba a Marrakech. Venían desde Valladolid, por cierto. Al comentarles que yo conocía sobradamente esa ciudad y casi todo el país de Marruecos, desde muchos puntos de vista, se ganaron mi confianza apenas despegó el avión. Me contaron que habían comprado cuatro casas en los últimos dos meses, relatándome toda clase de detalles. Los dos eran profesores y el dinero que sacaron para comprar las casas provenía de una herencia de la madre de Paloma, así se llamaba la mujer de Miguel, yo les llamaba la parejita de Valladolid. Miguel y Paloma no tenían el perfil de los grandes defraudadores. El único problema de la parejita de Valladolid es que habían heredado dinero negro de la madre de Paloma, y ese dinero no lo podían meter en un banco ni comprar ningún inmueble en España, so pena de quedarse sin nada de la herencia. Así que a base de mirar y mirar en internet, se decidieron por esa opción de invertir en Marrakech, y acertaron. En cuatro años multiplicaron por dos el capital invertido en ese país. Pero claro, el dinero invertido más los beneficios no podían volver a Valladolid si no era arriesgando al pasar las aduanas, cada vez más controladas desde que empezó la crisis. La faja que llevaba Paloma para esconder su dinero en los viajes a Marrakech ya no daba más de sí. Y este asunto les tenia preocupados.....hasta que por fin llego el Sr. Montoro y lo anuncio en la televisión… por fin la amnistía fiscal!!! Paloma y Miguel lo celebraron con champagne francés del caro y están muy contentos de la decisión de Rajoy.
Al fin podrán reformar su casa y contar con unos ahorros para sobrellevar los recortes a los funcionarios, ambos de la enseñanza. Enhorabuena parejita !!!!!.... os tocó la lotería por fin !!!! Ya puedes tirar la faja que tantos nervios te hizo pasar en Barajas, querida Paloma.
No obstante la mayoría de los defraudadores o evasores de capital no tienen el perfil de Paloma y Miguel. Un número muy importante proviene de la corrupción que nos rodea por todas partes, la de los políticos, empresarios, realeza, administraciones, traficantes de drogas y armas,.... etc,  etc. Y el resto proviene de profesionales y empresarios que apuestan por enviar al extranjero parte de sus ganancias para tributar menos al fisco de España.
Para todos ellos mi más sincera felicitación, por haberse arriesgado a una millonaria multa o tal vez la cárcel, y al final nada de nada.... a seguir con el dinero defraudado, eso sí, con una propina del 10% que entregarán al Sr. Montoro con sumo gusto. Gracias Rajoy!!!
Eso sí que es seguro....que los capitales no regresarán a España, seguirán descansando en otros lugares del Planeta, más seguros, menos corruptos, más fiables, y además ahora con las bendiciones del Presidente.
El amigo Julio
(millonario)

La reina de las amazonas. Contrasemblanza.

Pues esta parece la reina de las Amazonas, como que en cualquier momento puede partirle la cara a cualquiera, una tia echá palante como suele decirse, ¿es así o no?
Es así, ésa era la idea.
¿Y los pelos en las axilas? ¿No se las depila?
No son pelos en las axilas es el pelo de la melena que cae por detrás.
Pues se ve raro.
Vale, ¿algo más?
Sí, claro, por supuesto, te pregunto: ¿por qué la has dibujado totalmente desnuda? ¿la has visto así alguna vez?
Pues no, no la he visto desnuda nunca, y la he pintado así no sé bien por qué, me salió sin más.
Pero dibujaste hasta el pubis.
Sí.
¿Y los puños cerrados?
Es muy enérgica.
Me gusta su mirada, ¿la tiene así realmente?
Tal cual.
Se ve muy franca, directa, sincera.
Lo es.
¿Se depila las cejas?
Creo que sí.
Resulta guapa.
Bueno, te diré, ha salido en la caricatura más guapa de lo que es en realidad, ella no es guapa, es interesante.
¿Es joven?
Ya no, mediana edad.
¿Y eso qué edad es?
Deja ya tanta pregunta por favor, se ve joven porque es joven de espíritu.
¡Qué bonito paseante!
Pues sí.
¿Y es bella interiormente también?
Pues sí.
Pues vaya contrasemblanza, ¿cuál es su lado oscuro?
No tiene, ella es tal cual, su principal virtud es haber integrado sus dos lados en uno y mostrarse tal cual es a los demás.
Muy bueno, a ésta le va a gustar su contrasemblanza, te lo digo yo, la has puesto muy bien, mejor que a los otros.
No te pases de listo.
el paseante

viernes, 13 de abril de 2012


Feliz fin de semana.

Con esta imagen mía tan refrescante os deseo un feliz fin de semana.
Pasároslo muy bien y sumergiros en el blog, hay mucho y muy bueno.
Os quiere
Vuestro paseante
(muchos besos)

viernes, 24 de mayo de 2013


Carta a mi amiga Mateita.



Mateita, ¿cómo vas?, he estado un poco liado y no he podido llamarte, mañana a las 12 es la comunión de mi sobrina.
Espero que siga tu mejoría, como eres muy metódica y disciplinada seguro que llevas todo fenomenal.
No tengo grandes cosas que contarte, las cosas parece que van mejor, pero por ahora, esto de por ahora lo recalco porque puede cambiar de un momento para otro, bien lo sabes tú.
En la comida de la comunión me va a tocar aguantar algún pesado que otro, resignación, ya sabes que hay gente que te cae mejor y gente que te cae peor, yo creo que salvo la familia más cercana el resto va un poco por compromiso, pero a la niña le gusta que vayan otros niños y que vaya la familia en sentido amplio, el número de personas parece algo importante en una celebración aunque yo primaría la calidad sobre la cantidad, pero es la sociedad en la que vivimos así, también tiene que ver con las apariencias, el tanto tienes tanto vales y todo eso.
Yo en el lugar de mi hermana hubiera dado una copa en algún lugar cercano a la Iglesia y luego una comida para los más íntimos, lo de comida para todos resulta un poco pesado, pero es mi opinión, no soy muy de celebraciones. Aparte del dineral que cobran por los menús que me parece un abuso para lo que luego suelen dar.
Dentro de las celebraciones la que siempre me ha parecido más tonta son las bodas, sobre todo teniendo en cuenta la suerte que corren hoy en día la mayoría de los matrimonios, la gente no cree en el vínculo, lógico, y se casan por la Iglesia porque la ceremonia es más bonita, nada más, y porque es la tradición.
Sin embargo comprendo que el amor te hace engañarte y querer pensar que es para siempre, y que la felicidad que debes sentir te hace querer compartirla con los demás, antes veía las bodas desde fuera, ahora me he identificado más con los sentimientos de los contrayentes y puedo entenderlo más.
Como yo soy alérgico al compromiso sentimental con otra persona, sólo tengo compromisos sentimentales con mis mascotas, creo que no me casaría nunca, pero eso nunca se puede decir, la vida da muchas vueltas.
Lo que tengo claro es que el amor no dura por siempre, al menos ese amor del comienzo, y que el verdadero amor es muy difícil que se produzca, la mayoría de las veces se trata de un amor práctico, forzado, amistad, camaradería, conveniencia...
También en eso soy bastante idealista, creo que para emparejarse de alguna manera hay que estar muy convencido y verlo muy claro, estar con alguien por no estar solo hace que al final te sientas aún más solo.
Como me resulta muy difícil aguantar a nadie más allá de un ratito prefiero mi soledad, para mí es más enriquecedora, así no tengo que ralentizar mi ritmo al de la otra persona ni adaptar mis gustos y necesidades a nadie, supongo que soy egoísta pero todo lo que he hecho en la vida lo he hecho solo, con ayuda de mi familia, con su apoyo, pero por mí mismo, y una vez que he tenido mi independencia eso ha sido así siempre.
Soy individualista y solitario desde niño, estar de otro modo que no sea ése en la vida me hace sentir incómodo y frena mi desarrollo personal, mi proyecto de vida, mis gustos y mi forma de estar en la vida, cosas todas ellas fundamentales para seguir siendo yo mismo.
Creo que todo eso es lo que ha impedido que mis relaciones de pareja perduraran, entre otros motivos, supongo..., no toda la culpa va a ser mía.
Un beso,

jr

jueves, 23 de mayo de 2013


La lectura del fin de semana. La invención de la soledad. Paul Auster. 1982



Aún faltaba mucho para que acabara la monumental composición a la que había dedicado los últimos quince años. S. se refería a ella como "la obra en curso" -parafraseando a Joyce, al que tanto admiraba- o como el Dodecálogo, que describía como el-trabajo-que-hay-que-hacer-y-se-hace-en-el-proceso-de-hacerlo. Lo más posible es que nunca hubiera pensado en terminar la obra, más bien parecía aceptar su fracaso como un hecho inevitable, casi como si se tratara de una premisa teológica; de modo que lo que para cualquier otro hombre hubiera constituido un motivo de desesperación, para él era una fuente de esperanza infinita y quijotesca. En algún momento previo, tal vez su momento más oscuro, se habría planteado una equivalencia entre su vida y su trabajo, y ahora ya no era capaz de distinguir entre ambos. Todos sus pensamientos se dirigían al trabajo, y la idea del trabajo le confería un propósito a su vida. La concepción de una obra que estuviera dentro del ámbito de lo posible -un trabajo que pudiera terminar, y por ende separar de sí mismo- hubiese invalidado su proyecto. El asunto era no acabar nunca, pero al mismo tiempo no cejar en su empeño por producir la obra más increíble que fuera capaz de imaginar. El resultado final, aunque resulte paradójico, era la humildad, una forma de medir su propia insignificancia en relación con Dios; pues sólo en la mente de Dios podían existir sueños equiparables a las aspiraciones de S. Pero al soñar de ese modo, S. había encontrado una forma de participar en las cosas que estaban más allá de su alcance, una forma de acercarse unos pasos más al centro del infinito.

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Pero aún le resultó más sorprendente el hecho de que cuando por fin regresó a París (noviembre de 1979), después de una ausencia de más de cinco años, no fuera a visitar a S., a pesar de habérselo propuesto. Todos los días, durante las semanas de su visita, se despertaba y se decía a sí mismo: "hoy debo encontrar tiempo para visitar a S."; pero luego, cuando el día se acercaba a su fin, inventaba una excusa para no hacerlo. Entonces comenzó a comprender que aquella reticencia a verlo era producto del miedo. Aunque, ¿miedo a qué?, ¿a penetrar en su propio pasado?, ¿a descubrir un presente que contradijera ese pasado y por lo tanto lo modificara, destruyendo a su vez el recuerdo que él quería guardar? No, no era tan simple. ¿Entonces qué? Pasaron los días y de repente lo vió claro: temía que S. estuviera muerto. Sabía que era un temor infundado, pero como el padre de A. había muerto hacía menos de un año y la importancia de S. en su vida se basaba precisamente en su relación con la idea de paternidad, sintió que la muerte de uno parecía implicar inmediatamente la muerte del otro. Y aunque intentara convencerse de lo contrario, lo creía de verdad y pensaba: "si voy a ver a S., descubriré que está muerto, pero si no me acerco a él, seguirá vivo". De este modo, A. sentía que con su ausencia ayudaba a S. a seguir en este mundo. Día tras día caminaba por París con la imagen de S. viva en su mente y cien veces por día se imaginaba entrando en la pequeña habitación de la plaza Pinel, pero no se animaba a llegar hasta allí. Entonces se dió cuenta de que vivía en un estado de total cautividad.

Paul Auster
La invención de la soledad


miércoles, 22 de mayo de 2013


Te cuento algo curioso que me ha pasado esta mañana.




Te cuento algo curioso que me ha pasado esta mañana, vengo leyendo en el metro un libro que nunca antes he leído, esto es importante decirlo de antemano, se titula La invención de la soledad y el autor es Paul Auster.
Ya voy como por la mitad, es interesante, la primera parte trata sobre el padre del autor, un personaje curioso, solitario, sobre su vida, la segunda apenas la he comenzado, parece que trata sobre la experiencia de el autor como escritor, a caballo entre París y Manhattan.

Hasta aquí todo normal.

Voy leyendo esta mañana en el metro y empieza a contar el escritor su estancia en París, la habitación en la que estuvo, la visita de su padre, empieza a irse mi mente a otros pensamientos, levanto la vista del libro miro al andén en el que había parado el tren, veo los anuncios publicitarios más allá de la ventanilla de enfrente, surge el pensamiento de los judíos, del holocausto, pienso en la barbarie que fue, arranca el tren, sigo leyendo, el escritor sigue hablando de París, de Manhattan, vuelve el pensamiento recurrente, levanto la vista del libro, me quedo extasiado mirando a la ventanilla que hay enfrente de mí, veo mi reflejo en ella, veo el negro vacío del túnel detrás, y, de nuevo, los judíos, el holocausto, los campos de concentración, me pregunto a mí mismo por qué me vienen a la mente en ese momento esos pensamientos recurrentes y por qué me toca tan de cerca todo el tema del holocausto, tal vez en mi vida anterior fui una de las víctimas de alguno de esos terribles campos de la muerte, vuelvo al libro, sigo leyendo, el vagón sigue su marcha surcando la oscuridad del túnel hacia el final del trayecto, mi destino, y de repente pienso en Ana Frank, ¿por qué?, no lo sé, seguramente porque es su historia la historia que más me ha perturbado conocer y con la que más he empatizado, y la llevo muy grabada dentro de mí, pero no logro averiguar por qué pienso en ella en ese preciso momento.

De repente me quedo helado..., sigo leyendo y leo en el libro que el escritor decide ir desde París a Amsterdam..., y comienza a narrar brevemente su estancia allí de forma que me parece idéntica a como yo la tengo narrada en el blog, como la de un turista más que de repente decide seguir la recomendación de la guía turística que hay en la habitación del hotel y visitar la casa de Ana Frank, y va a visitarla sin mucho convencimiento, luego narra sus impresiones, sentimientos, su llanto al contemplar el escenario del cautiverio, las fotos de actores de Hollywood que Ana tenía colgadas en la pared delante de su escritorio y que aún están allí tal y como ella las dejó.

Dejo de leer y me pregunto: ¿cómo se puede tener semejante premonición de lo que va uno a leer a continuación en un libro? ¿y cómo puede uno leer lo que otro ha escrito y sentir que ya lo ha sentido y escrito uno mismo con anterioridad?

el paseante 

martes, 21 de mayo de 2013


Plaza de Quesada.

Plaza de Quesada. Óleo sobre lienzo. José Ramón Carballo.


El cuadro de la semana. L'absinthe (bebedores de absenta). Edgar Degas. 1876.

 
"Vaya fulana", exclamó George Moore al ver a la mujer que aparece en la pintura, añadiendo que "este cuento no es agradable, pero es toda una lección", y que "nadie ha dicho tanto en tan poco espacio, ni nadie se ha expresado de manera tan simple (...) gracias a la ciencia del dibujo, invisible pero omnipresente, casi impersonal". Las tristes y melancólicas figuras parecen haber influenciado obras de artistas posteriores, como los interiores de Picasso en su Periodo Azul, o las solitarias escenas urbanas de Edward Hopper.

La foto de la semana (31). Lobi contemplando el paisaje.

Lobi contemplando el paisaje. José Ramón Carballo. Cámara móvil Nokia X2.

lunes, 20 de mayo de 2013


La película de la semana. Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo... Woody Allen. 1972.




-          Mi querido Mr. Allen es usted un genio, un genio absoluto, estuve viendo su película Todo lo que usted quería saber sobre el sexo pero tenía preguntar, ¡es magnífica!
-          Gracias, Monsieur Proust.
-          No hay de qué.
-          Pero dígame, ¿qué fue lo que le gustó de manera especial?
-          Lo que más me gustó fue lo del rabino al que le gustan las medias de seda, dentro del apartado perversiones sexuales, la escena en la que le atan a una silla y una miss le da latigazos mientras su esposa se come unas chuletas de cerdo de rodillas delante de él, me pareció puro surrealismo, no sé por qué pero pensé en Buñuel y en Dalí, solo a esos dos genios podría ocurrírseles algo tan sublime.
-          No seré yo quién le lleve la contraria maestro.
-          También me gustó mucho la escena del Doctor Bernardo, absolutamente geniales sus experimentos, y el mayordomo, ese mayordomo oligofrénico resultado del experimento en el cual le hizo tener un orgasmo durante más de 4 horas ininterrumpidas, me dejó fascinado.
-          Sí, ya lo sé, con frecuencia me lo dicen, nada como el Doctor Bernardo, hay incluso quien piensa que podría ser un personaje real.
-          Lo parece, me encantó como le digo, pero lo que más me impactó fue el episodio final en el cual se contempla el funcionamiento del cuerpo de un hombre desde dentro como si fuera una factoría llena de de operarios y maquinaria, mientras está teniendo un encuentro sexual, por cierto, le queda fenomenal Mr. Woody el disfraz de espermatozoide con gafas, no imaginaba que un espermatozoide pudiera llevar gafas, y entre tanto espermatozoide blanco, en mitad del tumulto, del barullo, de la confusión, en plena eyaculación, aquel espermatozoide negro preguntándose qué hace él allí, cosas de la genética como las gafas, supongo, qué inteligente punto de vista…
-          Sí, sí lo sé, lo sé, yo mismo me sorprendo a veces de las ocurrencias que tengo, aunque en ocasiones me parecen demasiado transgresoras, temo ofender a las mentes bienpensantes.
-          Me ha hecho recordar esto que acaba de decir la escena del sacerdote intentando boicotear desde dentro de la conciencia el orgasmo porque no están casados, gritando que se trata de una blasfemia y como los operarios de la conciencia logran reducirlo y expulsarlo justo antes de la eyaculación, sinceramente se lo digo, aparte de hacer pensar usted hace reír, hace reír con inteligencia.
-          Sí, eso creo.
-          Y usted disfrazado de espermatozoide en esa escena justo antes de la eyaculación, jajajaja, perdido entre todos sus compañeros espermatozoides y diciendo que no quiere salir que no sabe lo que le esperará fuera y que había quedado para ir a cenar con sus padres, ¿pero cómo se le ocurren esas cosas?
-          No lo sé.
-          Yo se lo diré, conozco bien como se le ocurren a uno esas cosas, con la inspiración, la libertad, el ingenio, la creatividad, me ha recordado esta película el cuarto tomo de mi magna obra, el titulado Sodoma y Gomorra, cuando narro el primer encuentro entre el sastre Jupien y el barón de Charlus y todos sus devaneos posteriores.
-          Lo recuerdo bien maestro, me inspiré en esas escenas a la hora de desinhibirme y dejar correr la imaginación, porque solo así, solo entonces, la narración se independiza de la voluntad del escritor y vuela libre, siendo entonces plenamente original y verdadera, es como si solo entonces uno conectara con un sentimiento universal y a través de él pudiera hablar a los demás que le van a comprender perfectamente y se van a sentir plenamente identificados.
-          Le quiero Mr. Woody.
-          Gracias maestro, yo también le quiero y le admiro.
-          Bueno, Mr. Woody, yo también le admiro.
(continuará)
El paseante

Crítica teatral. Pepita Jiménez. Isaac Albéniz. Teatros del Canal (estreno 19 de mayo de 2013).

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7x4=28, sí, 28 armarios, distribuidos en 4 pisos a 7 armarios por piso, los conté, todos cerrados, grandes armarios como de sacristía antigua, de madera oscura, de diferentes tipos, se abren y cierran, entran y salen los personajes por ellos, crean un ambiente opresivo, tétrico, imponen, mucho armario, tal vez demasiado armario junto, resulta, eso sí, muy original en su planteamiento, algo radical, rompedor, sorprendente, no es fácil poner en escena una obra como ésta sin caer en el costumbrismo facilón, y esta puesta en escena subraya elementos de la obra no precisamente fáciles, los remarca, y no solo a través de los armarios, también a través de otros símbolos que por otro lado dan una visión actualizada del texto, basada en imágenes con mucha fuerza visual y, sobre todo, de la música y el canto que vienen a ser lo fundamental en una ópera, como ésta de Albéniz. Tiene todo un cierto aire lorquiano de fondo.
La realidad es un texto en sí misma considerada, el escritor no tiene sino que leer el discurso que le brinda la realidad, el discurso que le pone delante de los ojos, el escritor comprende la realidad a través del lenguaje porque su pensamiento está conformado por palabras, frases, discursos, entonaciones, el escritor habla para sí un discurso sobre la realidad, se lo dice a sí mismo en silencio, se lo susurra, desde esas palabras que designan e interpretan la realidad y conforman la mente del hombre, primero es la palabra y luego el pensamiento, luego  vendrá el texto escrito.
Así elaboraría Juan Valera su obra Pepita Jiménez, supongo, y sobre ese discurso escrito, la novela, , el libretista escribió el texto de la ópera en Inglés , y sobre ese libreto Albéniz escribió su música, su discurso musical, magnífico por cierto, discurso sobre discurso que se van alejando en interpretaciones sucesivas y superpuestas del original de la novela de Valera, y sobre esa suma de discursos superpuestos el director de escena, en este caso Calixto Bieito, elabora otro discurso visual, es decir, vuelve a la realidad primigenia, al discurso real leído e interpretado por Valera en el origen, o al menos pretende volver a esa esencia que dio origen o fue detonante del discurso escrito.
Por fin el espectador contemplando el espectáculo vuelve a reescribir una vez más ese discurso sucesivo, esos múltiples discursos superpuestos que se le presentan en la representación, mediante su interpretación de todo aquello, y el crítico escribe su interpretación, sus impresiones, su visión del resultado y las ideas que ha despertado en él.
Discurso sobre discurso, sobre discurso, armario sobre armario, sobre armario.
El arte es así, se actualiza en sus múltiples y variadas interpretaciones, se enriquece.
El espectáculo de ayer fue sinceramente muy enriquecedor, teatro con mayúsculas en el que además se sumó una maestría excepcional de los cantantes, a destacar especialmente la pareja protagonista y en concreto la soprano que interpreta a Doña Pepita, Nicola Beller, a la que además acompaña un físico perfecto para el papel, y que supo hacer una interpretación magnífica, igualmente destacable la orquesta de la Comunidad de Madrid y el coro, así como el coro de niños, de una delicadeza angelical.
La ópera de Albéniz se mueve en los márgenes de la ópera verista, recuerda a Il tritico de Puccini, en concreto a Suor Angelica, comparten ambas óperas tema religioso y amoroso de fondo, deliciosa música, bellísimo canto, inspirados solos de soprano y de tenor, y emotivos dúos de ambos en los que se concentra la pasión amorosa que trata inútilmente de ser reprimida.
Al final triunfa el amor y todas las puertas de los armarios se abren llenándose el escenario de una brillante luz.
Insisto, bellísimo espectáculo perfectamente entramado, completo, abrumadoramente bello, los aplausos del final lo corroboraron cumplidamente, curiosa estadística final la de los aplausos, coincidieron con mi percepción del espectáculo, en la valoración de sus intérpretes y sus directores, de orquesta y de escena, todos sin excepción muy acertados, pero por encima de todos la protagonista, la soprano Nicola Beller y el director artístico Calixto Bieito.
El paseante

domingo, 19 de mayo de 2013


13 ensoñaciones sobre el alma por José Ramón Carballo.



- Primera ensoñación sobre el alma: la mayor parte del tiempo vivo de espaldas a mi alma, si soy pensamiento no estoy junto a mi alma que desde lejos me observa en silencio.

- Segunda ensoñación sobre el alma: con frecuencia, casi siempre, por no decir siempre, mi alma verdadera es ajena a mí, en su lugar creo desde el pensamiento algo que trata de sustituirla y que no hace sino confundirme.

- Tercera ensoñación sobre el alma: pese a mi obstinada insistencia en ignorar mi alma sé que ella me acompaña y me perdona, sabe que un día volveré a ella y que ese día seré por fin yo.

- Cuarta ensoñación sobre el alma: no te engañes tú no eres el que pretendes ser, tu alma te lo recuerda cada vez que te sientes mal contigo mismo.

- Quinta ensoñación sobre el alma: ser responsable y consciente consiste en actuar conforme a los dictados del alma.

- Sexta ensoñación sobre el alma: el silencio es el alimento del alma.

- Octava ensoñación sobre el alma: el alma siempre es feliz, vive en la dicha eterna de su plenitud, en la certeza de su inmortal perfección.

- Novena ensoñación sobre el alma: mi vida refleja la imagen distorsionada de la esencia de mi alma, nadie lo sabe excepto yo, todos creen conocerme sin saber que en realidad nada saben de mí.

- Décima ensoñación sobre el alma: la imagen de mi alma es la imagen de mí, me miro en el espejo y no me reconozco, cierro los ojos y me veo tal cual soy, lejos de cualquier imagen, de cualquier realidad y contingencia, tal y como en verdad soy.

- Undécima ensoñación sobre el alma: jamás mi alma será impura, ella me habita más allá de mí, de mí que soy su imperfecta y transitoria morada, su finita infinitud.

- Duodécima ensoñación sobre el alma: jamás enseñes tu alma a nadie, no la entendería y se reiría de ti, el alma a los idiotas les parece una cosa tonta, de poco valor, un estorbo.

- Decimotercera ensoñación sobre el alma: el alma debe ser una cosa esencial porque sin ella no sería capaz de vivir.



(estas ensoñaciones han sido publicadas en mi cuenta de facebook a lo largo de la pasada semana)

(en preparación: Revelaciones sobre la belleza)

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